El Yin Yang, concepto de la filosofía china, se describe como dos fuerzas opuestas, contrarias, están interconectadas y que, aunque independientes la una de la otra, las dos son necesarias para la existencia de ambas; una sin la otra no existe – esa es mi interpretación. El cosmos se crea a sí mismo a partir en el caos de una energía material que se organiza en círculos de Yin y Yang para formar objetos y vidas mismas. La dualidad existe en todo lo que nos rodea, todo lo que hacemos; todo lo que somos. Y el Yin Yang lo explica de una forma exquisita. Sin ser creyente de las religiones orientales, simpatizo con sus principios.
La noción o elemento de dualidad en todo lo que existe, y en especialmente la arquitectura socioeconómica de nuestro país, puede explicar lo que tan controversialmente hoy sucede en la tierra Azteca.
La paradoja en el discurso de unidad y dualismos en la misma frase, parece desconcertar a los detractores del presidente de la república, cuando habla de “pueblo bueno y honesto”, con imágenes de huachicoleo al fondo, personas quebrantando la ley y su líder negando con el discurso lo que las imágenes niegan a gritos lo obvio de la situación.
El paralelismo entre el bien y el mal que existe en las sociedades genera energía de democracia y sociedad, clasismos y fobias selectivas. El “soy y pertenezco” aparece como disyuntiva y alternativa de aislamiento, el “eres y perteneces”, aparecen como segregación clasista de abajo hacia arriba y viceversa. Pero este tipo de filosofía y pensamiento solo se sucede cuando se postula en un marco de sensible paternalismo y proteccionismos de equidad pero, desigualdad a la vez.
El amigo de AMLO, el cantautor de Trova Cubana Silvio Rodríguez, me desconcertaba en mi adolescencia con sus canciones cuando decía;
"Vamos a andar
En verso y vida tintos
Levantando el recinto
Del pan y la verdad
Vamos a andar
Matando el egoísmo
Para que por lo mismo
Reviva la amistad
Vamos a andar
Hundiendo al poderoso
Alzando al perezoso
Sumando a los demás
Vamos a andar
Con todas las banderas
Trenzadas de manera
Que no haya soledad
Vamos a andar
Para llegar
A la vida”
El Yin Yang de AMLO parece adherido a las frases de Silvio Rodríguez que en ocasiones parece ser el embajador de la filosofía comunista cubana al decir; “el vamos a andar, del pan y la verdad”, “matando el egoísmo” y “hundiendo al poderoso, alzando al perezoso”.
Hoy amanecimos con una noticia – una más de tantas que, denotan el estado de impunidad y hartazgo de la sociedad y la disposición de reparar las cosas a cualquiera que sea el costo. Un vendedor de Tamales quien es conocido como Don Emilio en la Colonia Cuauhtémoc, alimento con plomo a unos malos clientes de él; mato a tiros a dos extorsionadores que previamente lo habían victimado. La noticia de extorsión y asaltos no es noticia, una víctima que se defiende y mata a sus asaltantes tampoco es ya una noticia pero, la respuesta de toda la ciudadanía –al menos los lectores de la nota en los sitios de internet, como un termómetro social, nos indica que las cosas están muy calientes y requiere un enfriamiento rápido. Don Emilio recibe cientos de ofertas de apoyo económico, apoyo legal gratuito, apoyo para sostenimiento, se le cataloga como héroe y, ¿de los muertitos apa? –que se los trague el averno a juzgar de los comentarios.
Ese hartazgo, que se levanta como una sola voz en apoyo para Don Emilio, es la misma hartura que llevo a AMLO a la silla presidencial.
Difíciles tiempos nos esperan, la filosofía que dictaría una retórica de “perdón y cuenta nueva”, republica amorosa y “pueblo bueno” para los ahora occisos, dos ladrones de Don Emilio y el Pueblo Huachicolero, parece enfrentarse y contrastar con las palabras de Silvio Rodríguez de “hundiendo al poderoso, alzando al perezoso” arrojando un panorama difícil para los que con esfuerzos nos guardamos de quebrantar la ley, los esforzados a respetar al semejante; los que hemos “echado el bofe” por lograr un éxito personal y que para nosotros, no parece haber amor en esta era del cupido republicano.
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