Estoy convencido que el Varroa no dejara de ser un grave problema para nuestras
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colmenas por mucho tiempo. Ya sea que se explore y reproduzca la genética resistente al Varroa, las abejas que muerden y arrancan las patas del Varroa, las abejas higiénicas –las que sacan la larva de abejas o zánganos infestados de sus celdas, o que el enemigo, un monstruo como Mondiablo, digo, Monsanto, genéticamente modifique el genoma del Varroa para que su genética misma, sea su destrucción. Por lo pronto tenemos dos formas de control; el control por medio de venenos –venenos que matan insectos arriba de otros, y el control biológico.
El los controles químicos, tenemos los controles fuertes, y suaves –así como lo es irónicamente en los cigarros que finalmente matan. De los controles fuertes, tenemos los insecticidas que están hechos para matar insectos (nuestras abejas son insectos también), y que por razón de que el Varroa siendo más pequeño que las abejas necesita menor dosis, no deja de ser un veneno que ataca a Varroa y abeja y se paga la factura tarde que temprano. Es algo así como los tratamientos contra el cáncer, donde la quimioterapia ataca al cuerpo con ferocidad, sabiendo que matara gran parte de células ambas normales y enfermas, y con la esperanza que la mortandad de células enfermas sea mayor que las células normales y la batalla se incline para bien.
De los tratamientos suaves o blanditos, tenemos la utilización de algunos acidos que recurren en la naturaleza de forma natural como lo es el ácido oxálico. Tenemos los aceites esenciales que son acaricidas en alguna forma y repelentes de otra forma.
Pero de los tratamientos Biológicos poco se habla, por ser tratamientos que requieren de educación por parte del apicultor que es renuente a educarse. Requiere conocer ciclos, biología de ambos, Varroa y abejas, requiere ser metódico y persistente y además, con capacidad de observación.
Existen otros métodos que pueden quedar entre la barandilla de ambos métodos, los químicos y los biológicos, que sabiéndose aprovechar, lograríamos una intervención mínima de agentes químicos, y un aprovechamiento máximo de materiales aplicados.
La biología de la abeja y del Varroa
Durante la vida de la abeja y desarrollo de la colmena, tenemos etapas donde la existencia de niveles aceptables del Varroa, no significa mucho para la sobrevivencia de la colmena, pero tenemos otras que es crucial no tener la plaga.
El Varroa hembra, desde el momento que nace, se dedica a viajar arriba de las abejas que es de donde se alimenta. Sería el equivalente a nosotros desde el momento que nacemos, naciéramos casi al mismo tamaño que de adultos, y nos montáramos en un caballo, donde abriendo el costado, metiéramos la mano para arrancar pedazos de Sirloin, Pulpa, Tbone, Chuletas del 7, hígado encebollado, menudo, y tacos de tripitas. Y por mucho tiempo, ya cuando estuviera débil y la carne desabrida, brincáramos al otro para repetir lo mismo. El caballo débil y con un hoyo en su costado, se llenaría de moscas y paracitos que lo aniquilarían rápido. Así es como mata el Varroa, no mata con veneno ni con saña, mata las abejas al dejarles enormes hoyos donde se meten microbios, bacteria, hongos, y todo lo que te puedas imaginar, y encontrando un animal débil, lo matan de forma fulminante.
La hembra Varroa, tiene dos siclos de vida; el de vivir montada de las abejas, comiendo tacos de tripa de abeja, corazón en rajas, buche agridulce, sesos empanizados, y el otro siclo, que es de reproducción. – La vida es justa, y toda hembra desenfrenada le llega su freno y a esas damas, les llega la ley de la escopeta de rancho; siempre cargadas y arrinconadas…
La hembra Varroa, al llegar su etapa reproductiva, se incrusta en las celdas de las abejas cuando tienen larva antes de ser operculada, y deslizándose entre la larva y la pared de la celda, se aloja entre la larva y el fondo que se encuentra lleno de leche de abeja necesario para el crecimiento de la larva. La leche es consumida en las siguientes 5 horas después de que la celda es operculada, liberando espacio para el Varroa que para ese momento, inicia a depositar huevos en el fondo de la celda. Ya depositados los huevecillos del Varroa, la hembra se desplaza y rompiendo la cutícula o piel de la abeja larva, se alimenta y hace un hoyo para que sus propias larvas se alimenten. También seleccionan un sitio designado para defecar y congregarse, y cuando varias madres Varroa y sus familias han habitado la misma celda, comparten ese sitio de congregación pero, compiten por los agujeros de alimentación creados en las larvas de las abejas. (Infantidis 1988, Steiner at, al, 1994, Garrido at, al, 2000, Donse & Guerin 1994)
La selección de celdas para la incubación del Varroa, parece ser un misterio, nadie sabe a ciencia cierta cómo y que determina donde y cual celda va a seleccionarse. La hembra Varroa, iniciara su postura con un huevo que se desarrolla en un macho, luego con escasos tres o cuatro huevos más que serán hembras en intervalos de 30 horas. El último de los huevos, no lograra su madures total, porque el periodo de incubación de la abeja, no permitirá la madurez de este, pero cuando la incubación se logra en celdas de zánganos, que debido a que tienen un periodo de incubación más largo, el éxito reproductivo del Varroa es mayor y más exitoso. El Varroa tiene un periodo de desarrollo de 5.8 a 6.6 días.