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Parte del éxito de las abejas, es el poder habitar en condominios casi herméticos. En el mundo animal, las abejas son sinónimo de abundancia, y esto, les acarrea problemas serios; todos queremos su miel. Pero, en respuesta a ese continuo acoso de parte de todos, la abeja se anida en lugares muy protegidos de forma natural, y en nuestros cajones, se sienten también protegidas. Los propóleos, son un instrumento que se utiliza para mantener la colmena herméticamente sellada de lo malo del exterior, las protegen de las hormigas, de la polilla, ahora en México del escarabajo, además de proveer o matar micro organismos que de otra manera, invadirían la colmena. Pero, esta fortaleza, también tiene desechos; tienen sus muertitos (hasta 100 muertos de forma natural en un dia), tienen sin fin de basura del nido, y que si se le dejara acumularse en el nido, causaría gases y enfermedades que terminarían con nuestras queridas colegas. Además, un Cantón –como decimos en la frontera para decir casa, un Cantón tan grande, con tantos miembros, tan perfectamente sellada, requiere de oxigeno, de sacar la humedad, y de evitar que se enrarezca el aire interno. Y las abejas, en respuesta a esta necesidad, crean un túnel invisible donde están con el efecto de sus alas, y agarrándose bien en algo, creando un viento bien dirigido, que fuera como si se pasaran literalmente el aire de las unas a las otras, y dirigiéndolo a las áreas mas necesitadas de ventilación, o de oxigeno, para después dirigirlo hacia fuera de la colmena en este túnel invisible. No entiendo como podemos no maravillarnos con tan perfecto insecto que Dios nos ha regalado, no comprendo como alguien tiene la osadía de acercarse a una colmena y no darse cuenta que estas enfrente de una obra perfecta, y que solo la ignorancia de los que hemos sido capacitados para tratarlas y trabajar con ellas para nuestro beneficio, les estamos destruyendo. Otra de sus grandes defensas, es la existencia de la miel adentro de sus colmenas, si, la miel!. En el invierno, es importante dejarles miel para su consumo, la miel aparte de ser su alimento, tiene la habilidad de ayudar a regular la humedad interna de la colmena, y de proteger contra el ataque de los micro organismos. La miel absorbe humedad aun cuando esta operculada o tapada con chapa de cera, y al absorber la humedad, también absorbe la humedad de los micro organismos y los deja secos, además, de poder penetrar se encontraran con una gran cantidad de azúcar –el azúcar es un preservativo de alimentos natural, y con la ayuda de las enzimas biológicas que tiene la miel, el moho, hongos, bacterias, no pueden hacer de las suyas en la colmena. La enzima glucosa oxidase en la miel, hace que la acides de la miel baje, y con ello, inhiba el crecimiento de bacterias, y cuando la miel se diluye, para alimentar la larva, la enzima glucosa oxidase, se convierte en peróxido de hidrogeno que es un potente agente anti-microbios. El polen esta también protegido, primero por estar enclaustrado en paredes de cera y barnizadas con propóleos, y por tener tres micro-organismos que viven en el polen y evitan que otros micro-organismos ataquen nuestro querido polen; nada pudiera estar mejor diseñado que esto!, caramba!!! La mayoría de las abejas que mueren, se morirán en el campo. La abeja, al verse ya con sus alitas rotas de tanto volar, y su vida llegando al fin, opta por proteger la energía e integridad de la colmena, y ella misma retirarse en la mayoría de los casos; al campo y morir. Pero otras no logran irse y se mueren adentro de la colmena. El 1 o 2% de las abejas en la colmena, tienen el terrible y macabro (tengo que hacerla de emoción, ya esta cerca el dia de los difuntos), si, el terrible y tenebroso trabajo que nadie mas quiere… El ser sepultureras. Las abejas sepultureras, no visten de negro, ni traen un sombrero negro del conde Drácula, son simplemente abejitas que su labor es sacar la basura de la colmena. Las abejas muertas son llevadas de 5 a 20 metros de distancia afuera de la colmena y como un avión que dirige un misil, la abeja sepulturera levanta el vuelo, se lleva el cuerpo del difunto con las patas, a una altura, y con precisión, se lanza velozmente y suelta su carga al suelo. Ahí, la abeja muerta, se convierte en el invitado de honor, en las mesas de los mas importantes vecinos del barrio; desaparece rápidamente al convertirse en la mayoría de los casos, en un suculento platillo para las hormigas, pájaros, escarabajos o ratones.