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En la mayoría de los casos, la mayoría de las abejas que mueren envenenadas, es por la cantidad y el tiempo en que se aplican los pesticidas en las cosechas, principalmente cuando estas, están en plena floración.
Otras formas de envenenamiento son;
La cercanía a sembradíos y huertas comerciales, donde los pesticidas son trasportados por el viento a nuestros apiarios
Insecticida que es aplicado en forma de polvo, y las abejas al recolectar el polen, recogen también el veneno.
Las abejas toman agua en lugares altamente contaminados con venenos
Las abejas toman néctares o polen contaminados de plantas que han sido tratadas
Uno de los síntomas principales es la cantidad enorme de población perdida, o muerta alrededor y adentro de las colmenas. Otros de los síntomas son; la ausencia de abejas pecoreadoras pero con abejas dentro de la colmena, la agresividad de las abejas se aumenta, el comportamiento errático, parálisis y caminatas alrededor del piso de las colmenas, las abejas “vomitan” el néctar afuera de las celdas, danzan en la piquera y no el panal, y el pleito que las abejas guardianes le dan a las abejas pecoreadoras cuando regresan a la colmena.
Si las abejas llegan a almacenar mieles o polen contaminados, estos, causaran un daño irreparable y muchas veces total, a la colmena. Las abejas tienden a reaccionar remplazando a la reina, siendo la ausencia de las reinas una de las señales de una contaminación.
Una de las mejores armas de un apicultor, es la relación que se tiene con los agricultores de la zona en la que vuelan tus abejas, porque así, podrás tener información y compartirla a tiempo, enfatizando la responsabilidad mutua para el beneficio común de mantener tus colmenas vivas y en buen estado. Por lo regular, cuando existe la práctica de un buen dialogo con tus vecinos, ellos te harán saber si están por aplicar algún veneno y de ahí, será tu responsabilidad de mover o no, tus colmenas. Además de las buenas relaciones de vecinos, existen leyes que están vigentes para la protección de las abejas, pero la buena conducta y comunicación son siempre las mejores armas contra envenenamientos por parte de los vecinos.
Puntos de información que debes de entender y compartir con tus vecinos agricultores
No aplicar venenos tóxicos durante la floración, y de ser posible, que no sean aplicaciones aéreas por ser estas, mas malignas.
La aplicación de venenos es mejor si se efectúa, en las tardes o noches, y de ser necesario, muy temprano cuando aún este frio y las abejas no vuelen aun.
No se debe de aplicar venenos cuando la humedad del medio ambiente es alta, o la briza es presente; los venenos se quedan activos por mayor tiempo con la ausencia del sol y con aumento de humedad.
No se debe desechar o tirar al aire libre o en cuerpos de agua, ningún tipo de agroquímico sobrante.
Siempre intentar preguntar a los fabricantes cuál de los agroquímicos es el más “benévolo” para las abejas para así, aplicarlo.
Siempre estar informado con los procedimientos y regulaciones que gobiernan los agroquímicos.
De ser posible, insistir que toda planta en el piso de una huerta que se fumiga, no tenga floraciones silvestres. El veneno en la floración silvestre, debido a la sombra del árbol, se queda activa más tiempo que en el propio árbol.
Entrar en un acuerdo con tus vecinos para explicar el daño que causa una fumigación inadecuada a tus abejas, y dejar como contingencia de emergencia, siempre la opción de mover tus abejas, para mitigar el daño.
Nunca dejes colmenas sin identificar o sin presentarte con los vecinos; la cortesía puede salvar tus abejas.
Nunca regreses tus abejas a una zona tratada, a menos de 72 horas después del tratamiento.
Busca lugares alejados de la agricultura intensiva.