La palabra propóleo, deriva de las raíces griegas Pro; antesala, entrada, y Polis; ciudad. Que traducido significaría; Puerta de la ciudad o colonia…
No es casualidad el nombre, ni es casualidad que sean los griegos, los padres de grandes culturas y hombres cultos. Omero, Aristóteles, Platón y Alejandro el Magno, pensadores y filósofos griegos de la historia, transformaron el mundo conocido con sus conocimientos derivados del poderoso efecto de la observación. La filosofía como tal, es la madre de todas las ciencias y fueron los científicos griegos quien observando las abejas, llegaron a la conclusión que el propóleo era la substancia que se producía en las entradas de los lugares, vasijas o recipientes donde estaban las abejas.
Las abejas eran parte de la vida cotidiana de los griegos, y más allá que lo cotidiano, eran veneradas por sus poderes curativos. Los griegos llamaban a la abeja “El botiquín volador” por ser todos los productos de la abeja y la abeja misma, un gran y poderoso componente de salud y bienestar. Los griegos no viajaban nunca sin productos de la colmena, no esgrimían guerra sin un médico que siempre llevaba medicamentos basados en los productos de la colmena y sobre todo, el poder místico que les atribuían.
Las abejas, que son veneradas por nuestra hermosa cultura maya, también encontraron reconocimiento por parte de los griegos, quien considerando las abejas como animales sagrados por ser quienes vinculaban el mundo de ultratumba con el mundo real, veneraban las abejas a tal grado, que las sacerdotisas de Artemisa y Demetrio eran llamadas “abejas” –en honor al insecto sagrado. Las sacerdotisas del Delphi, después de que Apolo hubiera usurpado el oráculo y tabernáculo, fueron llamadas “Las Abejas del Delphi” quien a menudo en documentos y artefactos históricos, se les ve masticar una hoja de laurel, sin explicarnos el porqué de esta acción.
Fue Aristeo
Dentro de la mitología griega, existe entre los dioses menores, un dios, hijo de Apolo y la cazadora Cirene quien fue la primer mujer feminista del que se tenga record; el dios menor Aristeo, quien se le encomendó el cuidado de las abejas, era hijo del mayor de los dioses, y una mujer que no le gustaba hacer el quehacer y las cosas cotidianas y esperadas en una mujer; prefería la cacería a las artes femeninas de esa época. Aristeo al nacer, es tomado por Hermes quien se hace cargo de él. Hermes, quien era un dios conocido por ser manipulador, rápido para pensar, embajador entre lo mortal y lo divino, el guía de las almas en el más allá, en patrón y protector de los cuidadores de animales y protector y patrono de los ladrones es el responsable de educar a Aristeo. Las Ninfas de Mirto, le enseñan el misterio de como domesticar abejas y manejar las colmenas.
Aristeo era el dios de la apicultura en la mitología griega, quien, al causar la muerte de Eurídice quien al huir del pisa una serpiente muere de la picadura, las hermanas ninfas de Eurídice lo castigan matando cada una de sus abejas. Aristeo llora angustiado la perdida de sus abejas y al consultar a Proteos, recibe el remedio para sus males; tendría que sacrificar 4 toros y 4 vacas y dejarlas en plena descomposición sin tocarles. De la carroña se levantarían enjambres que llenarían sus colmenas vacías.
El propóleo en la cultura griega, era cosechado de sus colmenas, algunas rusticas, y otras, de barras superiores o estilo marimba o lo que ahora conocemos como Kenia –en una de sus versiones. Lo más seguro es que con un clima Mediterráneo, que es moderado y poco extremoso, los reductores de piquera no fueran común y es para asumirse, por el nombre, que las abejas cerraban las piqueras y las abrían según las temporadas y los griegos aprendieron a cosechar “la puerta de la ciudad” o propóleo para utilizarlo en sus remedios médicos.
El propóleo es un compuesto maravilloso con muchos usos y muchísimas propiedades de salud humana. Pero en la colmena el propóleo es el material multiuso que permite estabilizar el flujo del aire, reducir entradas, sellar las entradas extras para evitar pillaje, intrusos y frio, es agregado estructural, esteriliza y desinfecta el interior de la colmena y aun en las entradas o piqueras, las abejas hacen un “tapete” o manto, para que al llegar las abejas, estas se limpien o desinfecten sus patas. Este proceder es confundido de la forma contraria, donde creemos que las abejas “manchan” las piqueras por la actividad cotidiana, pero el recubrimiento en la entrada tiene la función de desinfectar toda abeja antes de que entre a la colmena.
La cosecha de propóleos por parte de las abejas, tiene varias explicaciones y varias teorías y por supuesto, yo tengo la mía. Dicen algunos de los expertos, que el propóleo viene de la recolección de resinas producidas en los botones o yemas de las hojas de ciertos árboles. Otros dicen que provienen de las resinas emitidas en heridas en los árboles y yo digo que de ambas partes. Los árboles y arbustos emiten resinas para protegerse de los posibles ataques de microbios, bacterias y bichos. Al producir las yemas o recibir heridas, los arboles las producen y las abejas han aprendido a utilizar y colectar estas valiosas resinas. Al recolectarlas, las transportan de la misma forma que lo hacen con el polen; en sus canastas, pero al llegar a la colmena las abejas tendrán que ser auxiliadas por sus compañeras para retirar la substancia pegajosa de sus canastas.
Sin ahondarme en lingo técnico –porque técnico no soy, digamos que el propóleo contiene más de 240 compuestos químicos que cambian dependiendo del entorno y tipo de vegetación en donde nuestras abejas habitan. El propóleo está compuesto de 45-55% de resinas, 25-35% de ceras y grasas y un 10% de aceites esenciales y compuestos aromáticos o fenólicos, 5% de polen y otros 5% de otros componentes como los flavonoides y otros que no se han identificado aun.
El 5/16” o ¼” –Espacio vital…
Otra vez, en la apicultura tenemos el espacio vital con el que se rigen las abejas y que si un apicultor no lo entiende, estará sufriendo descalabros. Si el espacio es menos de 5/16” de pulgada, las abejas lo cubren de propóleos, si es mayor a 3/8”, construirán pencas. Aunque existen muchos tipos de trampas para la recolección del propóleo, las inspecciones diarias en los apiarios o la cosecha de miel, nos brinda la gran oportunidad de cosechar propóleos y al mismo tiempo, mantener nuestro equipo libre del pegamento que es el propóleo en lugares no deseados. Las trampas incluyen mallas mosquiteras sobre los cajones y entre la tapa, dispositivos perforados hechos para ese propósito y otros más. También se pueden hacer tiras de madera de ¼” que nos permitan instalarlas en dos lados de las cámaras de cría, y antes de instalar las alzas o aun las tapas, se dejan dos lados entre los cajones con estas rendijas, y las abejas las cubrirán para evitar el viento y luz dentro de la colmena. Al ser llenados, el apicultor solo tiene que raspar o cortar el propóleo y dejar las tiras de madera otra vez para que continúe produciendo propóleos de esta manera.
Para la recolección de propóleos dentro de la colmena, tenemos varios métodos. El primero y más costoso, es instalar las trampas de plástico. Estas trampas, semejan rejillas que, tienen cavidades estampadas en forma de bajo relieve que, las abejas rellenan con propóleos como parte de su función. Estas rejillas o trampas, se pueden congelar y al congelarse, el propóleo se torna quebradizo y al sacudir, torcer y mover las trampas vigorosamente, el propóleo se desprende y cae.
El otro método es similar a las rejillas, pero en lugar de ser plástico, se instala una malla mosquitera o para insectos. Puede ser de las que se usan en los invernaderos o para la fabricación de ventanas. Las enormes desventajas que yo les veo a esas trampas, es el deterioro de las fibras o componentes con los que hacen estos materiales. Ya sea nylon, aluminio, alambre galvanizado, fibra de vidrio, todos ellos agregaran algo al propóleo y no deja de ser materia inorgánica y en el caso del nylon y la fibra de vidrio, son malos para la salud del humano al ingerirse. Sí, me dirán muchos que se cierne y se pasa por filtros todo esto, pero en mi caso, las partículas más pequeñas y diminutas, las que pasan los filtros más finos, son las que más me preocupan porque se van directamente a nuestro sistema renal y ahí solo la ciencia sabe el daño que nos causara. –No gracias…
El método de raspar tiene consigo algunos problemas leves. Se raspa cera, abejas muertas que tuvieron la mala fortuna de estar entre un bastidor y el cajón, entre cajones o tapas y al raspar el propóleo, te traes no solo el propóleo, sino abejas muertas, pintura, pedazos de madera, y mucha cera. El raspar el equipo se puede logar al cosechar la miel, y al preparar los bastidores y cajones para dejarlos listos para la siguiente temporada. Se raspan de propóleos de toda superficie como parte del mantenimiento anual y se aprovecha otro producto más de esta labor.
El otro, y más seguro y eficiente método, es el de instalar tablitas entre cámaras de cría y alzas. Yo tomo un cajón viejo y de desecho, y con mucho cuidado le quitas todos los clavos y lo pasas por la sierra eléctrica para hacer tiras de ¼” de pulgada. Como los cajones tienen la medida que quieres, y son de desecho, la conveniencia de reciclar y ahorrar es buena opción para fabricar tus tablitas. Otra forma es de comprar y fabricar de madera nueva. Se instalan dos o tres lados para dejar ranuras que las abejas por instinto, van a rellenar rápido, y tú, cuando haces tus inspecciones o cosecha, raspas ese propóleo y listo; tienes propóleos para elaborar productos y hacer lana con ellos.
Ojo –la sección siguiente no es apta para los puritanos…
Para limpiar propóleos que se nos contaminan con abejas muertas – no son más ni menos contaminantes que comerte unos charales o camarones secos, no le hagas al llorón, o de pedacitos de cera o algo de madera de los bastidores mal hechos, hagamos lo siguiente. En un recipiente hondo, lo llenas de agua fría –no caliente porque ayudas a perder los aceites esenciales más rápido. Tomas tu propóleo y en una mañana fría, o habiendo dejado el propóleo en un refrigerador, lo trituras o quiebras en pedazos pequeños no mayor del tamaño de la cabeza o el abdomen de una abeja. Entre más pequeños sean los fragmentos, más limpio será el producto. Recuerda, si se va un poco de abejas muertas, solo es materia totalmente benigna y no es mala para la salud. El propóleo actuara como cualquier compuesto utilizado para pegar algo, o como material pegado con cementos. Al quebrarlo, se desprenderá o fracturaran las materias que no están hechas del mismo material, que por diferencial de densidad, la fractura seguirá como guía los materiales diferentes unos de otros, y esto, separara materias diferentes. Al verterlos sobre el agua, agitas el propóleo y veras como el propóleo se hunde y la cera, abejas y madera, sube a la superficie y ahí se queda. Ya que veas la separación de las dos masas, retiras lo que flota y lo pones en el recuperador de cera, y pasando el agua restante por una manta o cedazo, obtendrás tu propóleo.
Otra forma de separar el propóleo de materias no deseadas, es a través del calor. Ambos métodos, el agua y el calor, tendrán efectos sobre el propóleo y no serán al 100% puro puesto que algunos aceites y materias se pierden en el proceso.
Otra vez, el mejor método es el que te deje el propóleo más limpio y listo para procesarlo. Pero nada es perfecto y no siempre tenemos dinero o material para instalar trampas y, muchas veces tenemos la forma de raspar equipos al final de la temporada. Por eso, a los puritanos les digo; “no se arrugue vuestro corazón de paja” y sáltate a la siguiente lección. Si tú eres perfecto y llevas una apicultura sana y limpia, además practicas todo en santa armonía con el medio ambiente y la luna y sol te sonríen durante tu vida, déjanos un rato en el mundo imperfecto de los mortales y déjanos hace de nuestra apicultura, lo mejor que se pueda, con los recursos que tenemos a nuestro alcance.
El proceso del calor es simple. Róbale a tu mujer, tu madre o tus hermanas, o como en mi caso que me gusta la cocina, a tu hermano, padre o hijo, les robas un molde para hacer pasteles de esos profundos. Ahí pones tu propóleo junto con todo lo que cosechaste. Le pones bastante agua y horneas a 200 grados F por dos horas. El propóleo se quedara abajo del molde, y la cera se quedara arriba junto con todo lo demás. Ya frio, lo pones en el congelador y ya lo puedes quebrar como gustes y al tamaño que quieras o requiera tus recetas. Si, definitivamente perderás algunas de las propiedades del propóleo, pero no perderás el dinero que esto te puede producir. Este no es un propóleo de primera calidad, es un propóleo de segunda porque no es de presentación tal y como se da de forma natural.
El propóleo es parte del sistema inmunológico de las abejas…
¿Humm…?
Me pondré el casco porque me sobraran las pedradas y golpes de los apisabios y letrados, de los que teniendo el conocimiento no se toman el tiempo para compartirlo, de los que se sientan en el cerco de alambre, a observar los errores que hace el buey al arar la tierra y esperar la cosecha para participar de ella…
El propóleo es una substancia tan compleja, instrumento de batalla dentro del extenso mundo de las debilidades, enfermedades, microbios y bichos que atacan los organismos, que poco sabemos de lo mucho que este maravilloso producto de las abejas nos da. Lo que se sabe es que las abejas, de por sí, no cuentan con un sistema inmunológico sofisticado para luchar o defenderse de los múltiples enemigos microscópicos que las asechan, y dependen del propóleo para llevar a cabo parte de tarea para la lucha diaria de mantenerse sanas. Al lograrse el análisis del genoma de las abejas, se dio por enterado que estas, no poseen tantos genes dedicados al sistema inmunológico y de ahí, se logró entender de la relación simbiótica de la abeja con el propóleo; donde existan abejas, habrá propóleos porque son parte de las defensas que tienen contra un sinnúmero de agentes malignos.
El proceso de limpiado del propóleo, es requerido pero, para la venta y consumo humano. El apicultor, tenemos como costumbre siempre estar masticando propóleos para todos los males.
¿Tienes acides estomacal y reflujo? –no le digas a nadie más, pero el Rector de La Universidad del Alto Conocimiento Apícola Contumaz e Irreverente –yo, hace lo siguiente…
Tomas una hoja grande de Sábila, le raspas la gelatina. Agregas 40% de gelatina, carne, o eso que tiene en medio la sábila, le agregas otros 55% de miel medicinal – para todos los remedios, yo utilizo solo la miel más obscura y de preferencia, la miel de gobernadora. El 5% se lo agregas de tintura de propóleos. En las mañanas en ayunas, agregas dos o tres cucharas de tu mezcla a un medio vaso de agua, y te lo tomas. En dos o tres días, veras la enorme diferencia y el alivio a tu panza de rana.
¿Tienes tos?
No la hagas de tos y tomate lo siguiente… Otra vez, de tus mieles más fuertes y obscuras, y de preferencia de gobernadora, has la mescla de 80% miel, 20% tintura de propóleos y unas gotas de menta. En cuanto tienes algo de tos, tomate una cucharadita y entre más tos tengas, más de esta mescla tomas. No hay tos que resista un día en mi garganta con el uso de esta mescla.
¿Tienes dolor de garganta, se te seca o la tienes rasposa? – usa el mismo remedio que se usa para la tos.
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Antes de que inicies la fabricación de píldoras de propóleo, entiende que existen leyes de las cuales podrás estar de acuerdo o no, pero se tienen que cumplir con ellas. Si queremos un país con respeto a nuestros derechos, tenemos que iniciar con respetar todas las leyes. Entonces si ya me entiendes cabra, vámonos al monte que la pastura esta buena…
Para las píldoras, utiliza la mayor higiene, el mejor propóleo y la mayor ética que puedas tener. Se toma el propóleo ya limpio y se congela. Ya congelado, lo mueles en un molcajete o mortero rápidamente. Recuerda que todo movimiento genera calor, y entre más lo trabajes el propóleo para molerlo, más se calienta y más se pega. Lo que puedes también hacer si vives en un lugar cálido, es poner tu mortero o molcajete a congelar o enfriar para que puedas tener más tiempo para moler tu propóleo. Tu propóleo molido, lo puedes meter en capsulas que se venden en tiendas naturistas precisamente para que sean llenadas con substancias o suplementos alimenticios. Recuerda, no eres doctor y no puedes decir que Yo te dije que cura esto y aquello, solo vende las píldoras de propóleos como suplemento alimenticio y no te metas en problemas. Ahí, para eso, tendrás que ser más astuto que una serpiente o político en campaña.
Pasta de propóleos
Búscate la miel más cristalizada y agrega 50% de propóleos triturados y 50% de miel cristalizada. Mescla todo en frio, no le agregues mucho movimiento rápido y furioso porque elevas la temperatura considerablemente y con ello batallas. La pasta de propóleos se puede utilizar en lugar de las píldoras o jarabe para la tos.
Pasta de Dientes con propóleos
Búscate los tubos para la pasta de dientes o medicamentos, existen proveedores que los tienen en abundancia. A tu mescla, agrégale 30% de miel cristalizada, 20% de propóleos triturados, 50% de bicarbonato de sodio y por cada litro de tu mescla, agrégale 2 gotas de aceites esenciales de menta, 2 de timol, y 2 de yerbabuena. Has tus mesclas y vende de diferentes esencias pero ojo; cuidado con los aceites esenciales que pueden quemar las membranas de la boca, no abuses agregando más gotas por litro. Rellena tus tubos o vende pasta artesanal en contenedores bonitos y de bonitas etiquetas. Recomienda que solo se moje un poquito el cepillo de dietes porque solo necesitaran una pequeña proporción para lograr limpiar sus dientes que con las pastas tradicionales. Vende caro por favor, y le mandas tu diezmo al Abad de la Catedral de Miel y Cera –yo…
Tinturas…
¡Ahí mis hijos!, - gritaba la llorona…
No le busques pies al gato, has tus tinturas con alcohol del más fino que produzca tu región; Sotol, Tequila, Mescal, Whisky o cualquier alcohol comestible que sea 65% alcohol o 130 Proof. ¿y donde se saca ese alcohol? –te preguntaras tú. Bueno, en las licorerías no se consigue tan fácil alcoholes tan fuertes pero, en las destilerías si se logra conseguir alcohol tan fuerte, que se puede lanzar un mexicano a la luna y ¡sin traje! –carambas… ¡pa que quiere traje güerco, si ni respirar podrás…!
Los letrados te dicen que debes de limpiar, congelar, moler, y luego procesar el propóleo. Yo te digo que nosotros cosechamos el propóleo y lo hacemos unas bolitas en el campo y al llegar a la casa, lo ponemos en la mesa hasta que nos aburre verlo. Luego de que nos estorba y deja de ser el material con el que yo hago figuras como si fuera plastilina, lo ponemos en un frasco de dos o tres litros que tiene Sotol del más puro y rudo que sale del destilador que esta junto a las vías, enseguida del puente de piedra, ese de los Gonzales. Y ya que el Sotol se satura y no puede con más propóleos –ya no se disuelve, lo vaciamos y iniciamos de nuevo todo.
Para los más técnicos, la tintura se deja reposar por dos o tres semanas, se filtra en un filtro suave y fino, con música de Mozart o Vivaldi de fondo, una copa de vino tinto en una mano con el dedo meñique extendido como si estuviera quebrado o fueras un francés de casta y abolengo o hija del presidente que no lee. Lo viertes en un recipiente ámbar dejando las partículas finas, mientras la sinfonía penetra tus sentidos y el vino tu paladar, y almacenas en un lugar frio como el corazón del secretario de hacienda –bueno, no tanto. Para mí, solo cierno las partículas más grandes en un colador de cocina y la tintura junto con las partículas finas, se van para mi mescla de miel negra. La miel negra no deja pasar los rayos del sol, ni el recipiente con sotol y propóleo le permiten, no porque tengan un componente que evita los rayos ultravioleta, sino porque ¡los almaceno en donde no les pegue el sol! –así nada más.
Para los que quieren propóleos que sean disolubles en agua y no en alcohol, los propóleos se procesan en agua en lugar de alcohol, se pueden hervir con poca agua y aunque perderás muchos de sus compuestos que los hacen excelentes remedios medicinales, aun conservaran muchísimos más que permitirán agregarlos a mesclas que así lo requieran. Ya hervidos los propóleos en agua, se pueden utilizar como la tintura o, se pueden dejar disecar al medio ambiente para poder utilizarse en forma de polvo. Yo no lo hago así, y esto solo lo escribo como parte de mi responsabilidad de informar a mis alumnos cabeza de burro orejón.
En fin, solo unas recetas ahí, pero el hecho es que el propóleo se usa hoy en día hasta en la sopa, y nosotros como apicultores, les hemos dejado ese negocio, a los laboratorios y emprendedores pero, debería ser parte de lo que nosotros cotidianamente vendemos. Tenemos toda la materia prima, lo que nos falta es un poco más de la materia gris…
Tengo muchas otras recetas en otros escritos previos, pero no me pidas que te los de en un enlace porque parte de la enseñanza de esta Universidad virtual, es precisamente enseñarte a ¡BUSCAR! –burro cabezón…