
Si bien es conocido que las bacterias causan un alto porcentaje de mortandad en las abejas, ahora, se habla de otra nueva bacteria que afecta las colmenas –nueva en las abejas y no en la naturaleza.
La Universidad de Wisconsin –Stout, reporto el haber observado que existen una cantidad de abejas, que en el invierno se separan del grupo, cumulo, racimo invernal o “cluster”. Estas abejas en apariencia muertas, son atacadas por una bacteria que causa un letargo o somnolencia, esta bacteria se llama Serratia marcescens y suelen morir por el síndrome sepsis. La Sepsis, de acuerdo al diccionario, es “La disfunción de órganos que amenaza la vida, causada por una respuesta desregulada del huésped a la infección. Es un síndrome de anormalidades fisiológicas, patológicas y bioquímicas potencialmente mortal asociadas a una infección…”
Aunque la presencia de la Serratia marcescens no fue la única de las bacterias encontradas, si es una de las más peligrosas. Para el hombre, la Serratia suele ser muy peligrosa por ser muy resistentes a los antibióticos.
Fue en Diciembre del año 2014 que un grupo de investigadores en Dunn County Wisconsin USA, que cuando observaban durante las temperaturas bajo cero del invierno las colmenas, notaron que algunas abejas vivas, permanecían lejos del grupo invernal y parecían y se comportaban como abejas muertas. Al regresarlas a las temperaturas normales, las abejas regresaron a la movilidad pero, no lograron volver a volar. El 90% de las abejas que se separaban del racimo o grupo, al hacerse una autopsia, se encontró que presentaban un caso de sepsis. El estudio de la hemolinfa arrojo que la concentración de bacteria era un millón de veces más elevada que lo que en el humano puede causar la muerte. Se encontró que las abejas con el síndrome sepsis pierden su habilidad de combatir infecciones.
También se han encontrado nuevas mutaciones de la bacteria Serratia marcescens, donde a través del estudio del DNA, los organismos aislados para ese propósito, demostraron tener 65 nuevos genes no presentes en ningún otro Serratia marcescens, llevando a los científicos a proponer catalogar la nueva mutación con el nombre “Serratia marcescens sicaria”.
Las abejas pecoreadoras en el verano solo demostraron contener un 3% de esta nueva bacteria, y al analizar las abejas infectadas y comparar con las abejas infectadas e inmovilizadas durante el invierno, se encontró que la infección se reducía hasta en un 10 000 por ciento menor al nivel de infección de las abejas infectadas e inmovilizadas que se aíslan del grupo en el invierno. Los zánganos demostraron que si mantienen un alto nivel de infección durante el verano que les causa una letargia y falta de habilidad para volar -se encuentran comúnmente fuera de las piqueras sin posibilidad de volar y desorientados.
Al tomar un muestreo de Varroa, se encontró que el Varroa contenía la bacteria y que probablemente es el vector que facilita las infecciones. De 33 colmenas que murieron en los apiarios experimentales, 24 de ellas demostraron un alto contenido de bacteria “Serratia marcescens sicaria”.
Aunque el estudio no denuncia o achaca la mortandad invernal al “Serratia marcescens sicaria”, las cifras arrojan tempranas conclusiones de que nuestros altos índices de mortandad pudieran estar directamente relacionadas a los virus.
Para pensar…
Si en apariencia temprana, los estudios nos indican que los zánganos son afectados y limitados durante el verano;
¿Estará afectando la fecundidad de las reinas que producimos?