Primera parte
Caramba, acá en el norte la temporada está por terminar. Ya iniciamos a recoger el equipo extra en los campos, haciendo las colmenas más compactas y como no tengo intención (tal vez) de llevar las colmenas a la polinización de la almendra, he dejado colonias con hasta 4 cajones de cámara de cría, permitiendo que los bastidores se hayan taponeado de miel, polen y postura en diversos grados de desarroyo. Mucho equipo y población para algunos y para mí también, pero con ello, pretendo experimentar si el hacer núcleos al final de la temporada y antes del invierno, es más redituable que dejar colmenas súper fuertes y al final del solsticio de invierno, iniciare la alimentación artificial rica en proteínas para incrementar la población y hacer divisiones antes del mezquite. Mi experimento es con el fin de ver si una gran colmena, con una gran población tiene más posibilidades de ser el componente de una apicultura sana y prospera en zonas de inviernos crueles.
Pero regresando al tema…
Al estar haciendo preparativos de final de verano o inicios de otoño, me encontré limpiando y seleccionando bastidores; algunos para el recuperador de cera, otros a la basura, y la mayoría para almacenarse. Como mi inquietud por conocer la apicultura de diferentes ángulos y puntos de vista me ha llevado a experimentar con diversos equipos y sistemas, ahora, me encuentro con una enorme gama de bastidores que no me queda más que lamentarme por un lado, y darme gusto por el otro. Me lamento por no tener consistencia en mi apicultura y métodos de extracción, y me da gusto saber con pelos en la lengua, cuales bastidores son más longevos, duraderos, bien hechos, que funciona y que no. Cuales evitar, y cuales buscar y como mi vida apícola es ya casi imposible por remediar, pretenderé solo dar mis conocimientos y experiencias como forma de que los proveedores elijan métodos de producción propios, y los clientes sean cada vez más sofisticados y exigentes al saber que buscan, quieren o necesitan.
A todos los que trabajamos colmenas, siempre, en el momento de mover bastidores, nos vamos a lamentar el no haber comprado algo mejor, tener bastidores más fuertes, menos pesados, más pesados, con más madera en el cabezal, ranura para la cera estampada, que las orejas sean más resistentes o en fin; bastidores aptos para nuestro estilo de trabajo y maquinaria que usamos.
Para los que inician, iniciaremos por el inicio; ¿Qué es un bastidor?
En la apicultura rustica, la tradicional ancestral, se llevaba en huecos de árbol, en canastas de paja o recipientes de barro invertidas, se llevaba en donde se pudiera, y a la hora de la cosecha, se sacaban los panales con miel, y moliéndolos o fundiéndolos con calor, se separaba la miel de la cera. No fue hasta que Lorenzo Langstroug, el padre de la apicultura moderna, al observar las colmenas y su forma de construir, se dio cuenta que tenemos medidas específicas que las abejas utilizan, y que son espacios que detonan algo en ellas. Dijo que a través de un sueño, Dios le dio un diseño y ese diseño, es el que hasta ahora usamos en diferentes variantes, pero lo es. En el diseño de Lencho Langstrogh, tenemos una caja como cámara de cría, y adentro, tenemos los panales insertados o instalados en bastidores que no permiten a las abejas espacio para pegarlos entre sí, o pegarlos al cajón. Este diseño permite manipular, sacar, escudriñar, estudiar, dividir, multiplicar y hacer muchas de las funciones imposibles antes de Lencho y su diseño. Pero más que todo, el diseño permite despelucar la miel madura, y extraerla de los panales mismos que se encuentran confinados en los bastidores; sin destruir las celdas que nos permiten aprovechar el flujo de miel al máximo.
De acuerdo al Abad de la Catedral de Cera y Miel –yo, el bastidor es;
“El instrumento interno que define y confina los panales dentro de una estructura, y que permite y además hace practico, el manipular los elementos y recursos dentro de una colmena; para un manejo efectivo y eficiente de la apicultura como actividad de producción pecuaria”
El famoso pero ignorado 5/16” y 7/16” – “Bee Space” o “Espacio Vital de las Abejas”
En las observaciones de Lorenzo Langstrogh, descubrió dos cosas importantes que el apicultor moderno debe entender y manejar en todo lo que haga. Hacemos las cosas muchas veces sin entender las razones o el porqué, y manejamos medidas que alguien más se tomó el tiempo para definir y documentar, y como burro que come maíz, nosotros llevamos nuestra cabeza al comedor, movemos las orejas, y rebuznamos y pateamos cuando las cosas no van de acuerdo a nuestra costumbre y entrenamiento. Pero somos seres pensantes y debemos de llevar nuestra actividad con conocimiento, observación, y siempre utilizando el mayor y mejor instrumento que tenemos como apicultores; nuestra habilidad para pensar. Lorenzo observo, que si dejas un espacio menor al 5/16” las abejas lo propólizan, pero si es mayor al 7/16”, las abejas hacen pencas “falsas”. El término de “penca falsa” cuando es utilizado por un apicultor me molesta, porque implica mucho más que lo realmente es. Los que usan ese término, básicamente dicen; “Como soy ignorante del comportamiento de las abejas, y como fui sin excusa alguna un apicultor negligente, no preste atención a los espacios vitales y deje sin agregar bastidores dentro de mis tapas, no respete espacios de las abejas, y estas, conforme a su naturaleza, han fabricado un hermoso panal para avergonzarme por no entender o ser flojo en mi apicultura.”
En el espacio vital de las abejas suceden dos cosas y todo, tiene que ver con la auto-termorregulación de las colmenas; no pueden existir espacios sin aprovecharse para la producción de miel o cría, ni pueden existir patrones o conductos de flujo de aire que puedan desestabilizar el equilibrio termorregulador del interior de una colmena. En una colmena todo espacio se utiliza al máximo de eficiencia, o es para caminar o hacer que fluya el aire, o es un espacio para almacenar miel o pan de abeja, o sacar más cría.
Un poco de historia…
Los bastidores dentro de una colmena, son como las carpetas dentro de un gabinete de expedientes. Desde mediados del siglo XVI, los apicultores iniciaron a manejar los bastidores para facilitar el manejo de la colmena como lo es la inspección, remover miel, y reutilización del panal. Hoy en día, existen diferentes variantes del mismo diseño, los hay en plástico, madera y combinación de ambos. Los bastidores modernos, están basados en el diseño Langstrogh o el Modificado Dadant, y esto, provee al apicultor moderno el equipo estándar, uniforme y propio, para combinar o trabajar diferentes marcas o de diferente fabricante, sin alterar los tamaños.
El diseño que hoy en día es utilizado por la mayoría en México, diferencia en algunas cosas del Norte Americano. En USA, el cabezal y la barra baja están ranurados para aceptar y afianzar la cera estampada; en México no. Es un agregado al diseño muy sencillo y útil, pero en México no se ha acostumbrado a hacerse.
En el diseño de construcción de bastidores, deben de existir e integrarse dos elementos fundamentales que son; la capacidad estructural de un diseño ligero, y la calidad de la madera a utilizarse.
Antes de iniciar con el diseño o diferencias de diseños, debemos de hacer un llamado a todas las asociaciones, consumidores y al público en general, de que en el momento de comprar artículos para tus apiarios, exijan los documentos que validen la madera como producto producido con responsabilidad y respeto a las leyes. En diferentes partes del país se están derrumbando bosques y selvas, y mucha de esa madera termina como bastidores y cajones. Existen mecanismos que los productores de equipos deben de cumplir y poder probar que cumplieron; la apicultura debe de ser responsable y no fomentar con la tala clandestina.
Para un buen diseño, necesitamos buena madera, métodos de ensamble que permitan suficiente superficie entre un elemento y otro para permitir que el ensamble no solo se efectué con un clavo o grampa, sino con pegamento que ayude a prolongar la vida de estos bastidores. La junta o ensamble, debe de ser de entrelazo y no solo depender de un clavo para mantenerse en posición y como mucha de la apicultura ya se realiza de manera industrial; los bastidores tienen que resistir el rigor de la maquinaria que utilizamos.
El cabezal
El cabezal es la parte superior de los bastidores, es el que recibe y sostiene todo el peso del panal, y es la base de todo. En el cabezal, es donde se “cuelgan, los costados mismos que sostendrán el elemento final; la barra inferior.
En el cabezal podemos integrar varios elementos para facilitar que la cera estampada no se deforme, o para los que no utilizamos la cera estampada, se puede agregar o formar de la misma madera del cabezal, una pirámide invertida como guía del panal a construir. Para que la cera estampada no se deforme, en los países sofisticados con apicultura sofisticada, se hace una ranura donde se inserta la cera en el cabezal y la barra inferior. En la barra inferior, solo se hace la ranura de con una hoja de serrucho de 1/8”, y en la parte superior igual, pero muchas veces, con una tira de madera que se despega para poder después de instalada la cera, pegarse bajo presión y clavos y de esa forma, asegurar la cera de una forma más sólida. El cabezal también debe de tener la capacidad de sostener los laterales y barra inferior, y aun que la barra inferior y los laterales no sirven más que para delimitar el crecimiento de los panales, en la extracción de la miel, estos elementos son puestos a prueba y más vale que sean fuertes y bien ensamblados para que no pierdas tus bastidores. Por instinto las abejas “cuelgan” sus panales de la parte superior y los panales dentro de una caja, están sostenidos por el cabezal principalmente. Los alambres que provienen de los costados, están diseñados para agregar integridad estructural a los panales, en el momento de manipularlos y trabajarlos para la extracción de miel, no están diseñados para sostener la carga que por gravedad se ejercen, sino para agregar sostén por las cargas de las fuerzas centrifugas que genera el extractor.
En USA existen 8 proveedores importantes de equipo para la apicultura, y cada uno tiene a lo que les hace diferente y tiene que ver con el ensamble.
Las barras laterales
Un buen ensamble se hace con un buen diseño que incorpore mayor superficie de pegado, buena trayectoria de los clavos.
Continuara…
A pesar de la fragilidad de que aparentan tener las barras laterales, las funciones que desempeñan son cruciales para el buen desempeño de los bastidores. El espacio vital entre los panales, son determinados por una buena construcción de los bastidores y con un buen diseño, se facilita la extracción y procesos. Seria buen preguntarles a los fabricantes de acero inoxidable que nos apoyaran para sacar un estándar de bastidores que sean los mejores y más adecuados para ser utilizados en los equipos de despercúdalo y extracción; sin destruirlos. El buen habito de construir bastidores que, por sus dimensiones, solo puedan instalarse 8 en lugar de 10 si se respetara el especio vital, arroja buenos bastidores, llenos de miel y opérculo, que permite buenas cosechas con poca dificultad para la extracción. Esta práctica, no es generalizada en el resto del mundo, y en USA, se utilizan 10, 9 o 8 bastidores por alza, pero depende del apicultor porque los bastidores en USA, todos están construidos a 1 3/8” de pulgada de ancho, y no de 1 ½” o de 1 9/16” según el fabricante en nuestro país.
Habiendo trabajado los dos estándares de bastidores en las alzas, prefiero la extracción en bastidores mexicanos por dos cosas; la diferencia entre las barras superiores o cabezales, y el diseño de la barra inferior.
En USA, los cabezales son más anchos y robustos que es una ventaja reflejada en la longevidad o durabilidad de los bastidores. Las barras inferiores, también son más gruesas –no mucho, pero si existe una marcada diferencia. Esa falta de “carne” o de mayor dimensión y madera, nos permite un despercúlado más fácil y más pegado al fondo de las celdas, que en turno, nos arroja una menor celda que tendrá que ser reconstruida con cera nueva, nos da mayor promedio de cera recuperada y sobre todo, nos permite sacar más rápido la miel de las celdas, sobre todo mieles duras y pesadas para la extracción en salas austeras en zonas más frías.
El miembro lateral o barras laterales, suelen torcerse o vencerse con la tensión del alambre cuando son delgadas, y cuando la madera no es propiamente desflemada o debidamente secada, los ojales donde se instala el alambre, si no se le instalan ojales de bronce, el alambre se enterrara, y esa acción, permitirá que el alambre y todo el bastidor se afloje.
Las “juntas”, “enlaces” o lugar donde dos piezas se unen para formar los cuadros, son construidas en algunos bastidores, tan solo de forma austera y rápida para el fabricante. En otros fabricantes, como lo son algunos que se anuncian en nuestro foro, estas formas de pegar o enlazar las piezas, son elegantemente construidas y permitiendo más superficie entre los enlaces.
Pegando madera
Para entender una propia construcción de madera, debemos de entender dos principios básicos; la madera se une una a otra para hacer una pieza por medio de clavos o de pegamento. Esto se logra, solo con una de dos o combinación de los dos métodos. Para pegar con pegamento las maderas, es absoluto y necesario entender que la madera que se pega “contra grano”, está destinada a fallar. La madera que es pegada “con el grano”, tiene más posibilidad de mantener su integridad estructural.
Para entender el segundo principio, debemos imaginarnos que, microscópicamente, la madera actúa y es similar a un manojo de paja, un montón de tubos, o una gran cantidad de conductos que, juntos, hacen lo que nosotros conocemos como madera. La madera es el desecho orgánico o el cadáver de un ser viviente que se llamaba árbol, y ese ser viviente, vivió y creció, gracias a los conductos de transporte de agua y materias inorgánicas, para convertirlas en orgánicas –la madera. Al matar o talar el árbol, estos tubos o canales de transporte, se vacían, y según sea la especie de la madera, algunos son más pequeños que otros y por eso algunas maderas serán más densas y pesadas que otras. La madera “respira”, que no es más que la acción de respuesta a los cambios climáticos a la que la sometemos – se contrae y expande, dependiendo de su densidad y capacidad de absorción de humedad en el medio ambiente y ayudado con el sol y calor. Cuando pegamos madera contra grano, lo que tratamos de decir es que estamos pegando en los finales de los “popotes” o conductos donde se movía la sabia, y la superficie es extremadamente porosa e inestable puesto que es donde se refleja la acción de “respirar” de la madera. Al pegar contra grano, sería el equivalente a tratar de pegar popotes unos con otros, como para extenderlos. Pegar al grano de la madera, sería como pegar popotes en sus costados que es donde tienen paredes sólidas y mayor superficie.
Una buena unión, enlace o pegazón, será la que lleve clavos y pegamento y que las juntas o enlaces, sean sobre la mayor cantidad posible de superficie.
Es por ello que cuando vemos bastidores pegados solo con unos cuantos clavos, sin enlaces de fabricación mecánica que permita una unión apropiada con valor estructural y con bastante superficie lateral o al grano para el pegamento; esos son buenos bastidores.
Mis recomendaciones para mejorar los bastidores son;
1. Utilizar maderas desflemadas y propiamente secas antes de trabajarse.
2. Implementar sistemas en la fabricación que permitan una buena construcción y ensamble mecánico de fricción con pegamento y fijación por medio de clavos o grapas.
3. Siempre utilizar ojales metálicos para los laterales y trayectoria del alambre.
4. Tratar de meter más y mejor madera en sus fabricaciones y diseño –aun que un pequeño porcentaje de la miel se sacrifique.
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