Cuando todo en una colmena, todas las cosas están en armonía y dentro de buenos manejos; la colmena solo tendrá una reina.
Para el apicultor principiante, y el concepto popular, nos gusta asumir que la reina es quien manda en las colmenas y pensamos en términos descriptivos de la simplicidad de palabra y léxico narrativo, pero la realidad es que la reina no reina y no tiene un reinado; ella es meramente una esclava de las abejas, y aunque cumpla con funciones primordiales y esenciales para la sobrevivencia de la colmena; no es ella quien decide las actividades principales de las colmenas. Sí, es un eslabón importante y de vital existencia dentro de la colmena, pero no, no es quien por definición descriptiva de términos, debería de ser.
Las reacciones de las colmenas para enjambrar, para remplazar o para detonar la postura, son únicamente reacciones químicas que estallan por la ausencia o presencia de componentes químicos, y no por acciones físicas.
Se puede decir con toda certeza, que las decisiones de las colmenas son democráticas y colectivas, no son espontaneas ni son de momento; son reacciones que en conjunto detonan y en un juego de vinculo de vertebración social, democrática y solidariamente, toman decisiones en conjunto, al unísono y de forma tajante.
La abeja reina, en toda su fisionomía, es igual a las abejas obreras –hasta los primeros días de su formación. La reina y la obrera, son alimentadas los primeros días en estado larvario, con la misma vianda, pero, pasados unos días, la alimentación cambiara para las obreras y las reinas seguirán recibiendo jalea real hasta que mueran. La jalea real es la comida perfecta –para la reina, no para el humano. La reina se comunica y transmite señales por medio de las feromonas que emite y que muchas, son exclusivas para las reinas.
Desde su estado de huevo, a cuando emerge una reina, su estado de gestación es de aproximadamente 15.5 a 16 días, pero, las abejas reina africanizadas, se desarrollan en tan solo 14 días. En el momento de emerger del capullo, las reinas inmediatamente buscan la comida, y se alimentan por si solas, y con la asistencia de algunas nodrizas. Por aproximadamente una semana, será una abeja virgen esperando que sus alas y organismo maduren lo suficiente como para resistir el vuelo y el rigor de aparearse con una múltiple cantidad de zánganos, y con ello; garantizar la diversidad genética dentro de las colmenas.
Su reserva de esperma, garantizara una postura sólida y sana por un periodo de tiempo, pero ya agotado su organismo y reserva de esperma, la abeja reina no se vuelve a aparear, y tal vez tampoco vuelva a volar para buscar nuevos horizontes, las abejas del sequito, al momento de percibir menores secreciones de feromonas propias de una reina, y al observar una postura pobre, las obreras escogen entre 3 y 9 larvas nuevas y hacen capullos reales de remplazo, que pueden ser construidos en cualquier parte de los panales de cría en el nido. En la naturaleza no hay sentimientos, solo reacciones para asegurar la sobrevivencia de la colmena, en este caso, las abejas colectivamente deciden cuando una reina es inferior, o ya vieja necesita remplazo, y juntas, todas, inician el proceso para remplazarlas. Es ahí, donde el apicultor en la mayoría de los casos, al ver capullos reales en las colmenas, nos inclinamos a creer que son capullos reales o cacahuates en preparación para enjambrarse y puede ser cierto, o puede no serlo. La decisión de enjambrarse o remplazar una reina dentro de la colmena; esa una acción previamente determinada que difícilmente por la destrucción de los capullos o cacahuates será eliminada. El destruir los capullos, solo retrasa lo inevitable; remplazaran a la reina o la colmena se enjambrara en la primera oportunidad posible. Lo mejor que el apicultor puede hacer al observar capullos reales, es tomando la reina, hacer un núcleo con ella y llevarla a otro espacio, así, se asimilara las condiciones de una enjambrazón real puesto que en la colmena, con la extracción de reina, población, y recursos, la percepción será la ausencia y disturbio de la colmena, y así eliminara el mecanismo de enjambrazón o de remplazo puesto que ambos, fueron logrados por las acciones del apicultor.
Las reinas, cuando se fecundan, lo hacen una vez en su vida y en una carrera desenfrenada hacia la promiscuidad. Si la reina, fuera una persona y hubiese existido en el mundo donde yo viví mi adolescencia, se hubiera hablado de ella en voz baja, se tornarían las miradas para pretender no conocerla, y la seguirían un montón de viejas vestidas de negro y cubiertas las cabezas, que pretendiendo tomar algún refresco, estarían esparciendo agua bendita en cada pisada de la “suelta mujer del tacón dorado”. Donde existen abejas, existen zánganos, y donde existen zánganos; existen áreas de congregación asignadas. Otra vez a mi recuerdo; allá en mi lejana juventud, los adultos se reunían a tomar café y platicar de política en un conocido restaurant del centro de la ciudad y los jóvenes, nos reuníamos frente a un orfanato. Después de bañarnos, bien cambiaditos y perfumados en nuestras mejores garras, esperábamos que pasaran las chicas que, alegres, caminaban frente a nosotros en un cortejo no escrito ni de enseñanza, solo era la forma de conocer chicas. En el antiguo centro histórico de Parral Chihuahua, a unas cuantas cuadras de donde fue acribillado Villa, está la plaza de armas frente a la catedral. Ahí, en la plaza colindaba una gran casona que abarcaba toda una cuadra y que pertenecía a mi abuelo y en el patio interno, el tercer patio, ahí tenía sus colmenas rusticas. Un día caminando en la plaza, observaba que las mujeres caminaban en una dirección opuesta a la de los hombres, y los viejos se sentaban en las bancas a platicar. Ese era el ritual del cortejo, donde si caminabas, es porque buscabas novia o novio, y por estar sentado, declarabas que no buscabas porque estabas ya amarrado.
Así también el mundo de las abejas; existen áreas de congregación de los zánganos, donde se reúnen a esperar que pase una reina, y al verla, inician una agitada carrera para perseguirla, y al encontrarla, no uno sino varios en varias ocasiones y en veces por varios días; se aparearan para en el momento de hacerlo, encontrar el éxtasis y la muerte en el acto. Si, el zángano que más veloz y buena vista tenga, encontrara primero a la reina, y al montarla y tener un orgasmo, arrojara su esperma pero se desmalla de la emoción y al hacerlo, deja de volar y cae envuelto en la felicidad de haber logrado el propósito de su existencia, al caer, se le desprende el miembro, y todo lo que está conectado con el aparato, y con ello, se desgarra para morir desgarrado, feliz, cumplido, aportador de genes, y futuro padre de muchos pero principalmente –de muchas. Creo que en este momento, a nadie le gustaría ser zángano.
El cortejo y apareamiento, se da en áreas que suelen estar entre 18 y 50 metros de altura, generalmente están arriba de algún apiario o de una cortina de árboles, cordillera, valles o claros en selvas o bosques, o algún marcador geográfico natural.
La máquina de hacer huevos, conocida también como reina, en el transcurso de su existencia pondrá 150 000 huevos. Cuando las condiciones climáticas y de nutrición lo permiten, las reinas pondrán 1500 huevos diariamente. En ocasiones, y sobre todo en primavera temprana, se ha comprobado que en el 10% de las colmenas, co-existen dos reinas en colmenas que están en el modo de remplazar la reina –madre e hija en plena postura, y durante un periodo corto de tiempo, y antes de despachar a la reina al cielo de las reinas, las dos tendrán una postura de hasta 3000 huevecillos diarios.
Las abejas reina que son remplazadas, simplemente al llegar su hora, sus hijitas que tanto amo, las que cuido en sus brazos, y con lágrimas y miel alimentaba de pequeñas, a esas serán las primeras que vera antes de morir. La madre reina, detrás de una raya como en el futbol americano, y del otro lado, Panchita, Ramona, Mónica, Maria, y otras muchas más de sus hijas, al recibir alguna señal que solo ellas conocen, se abalanzan contra la pobre y cansada madre, y a mordidas, piquetes, patadas, bachones, cachetadas, jaladas de oreja y todo lo demas imaginable que los mexicanos quisieran hacer con sus políticos; matan a la pobre anciana, desgastada y cansada reina, para hacerle espacio a su propia hermana que con vigor, iniciara su reinado.
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La reina fecunda, puede almacenar de 5 a 8 millones de espermas que contiene en un saco interno que está en el abdomen, y se llama spermatheca o espermateca. Una reina, aunque sea propiamente fecundada, puede ser remplazada en tan solo unos días de iniciar su postura, se puede especular mucho sobre la razón, pero a ciencia cierta, no se sabe con firmeza por qué sucede esto. En muchos de los casos, la reina, a pesar de tener la reserva de esperma llena, no deposita huevos y es remplazada o rechazada porque ya en esa etapa, la colmena está destinada a sucumbir por la falta de larva joven o huevo. En muchas ocasiones las reinas se les permite una postura inicial y en el transcurso de algunas semanas, es remplazada aunque tenga en apariencia, buena postura. La longevidad de la reina se puede valorar por el vigor de su postura a través de los tiempos y se ha documentado casos donde una reina dura 5 años con buena postura, y en un solo caso, se ha documentado que una reina viva 9 años. Para la apicultura comercial, es necesario cambiar reinas cada año y así garantizar una postura vigorosa y sana y sobre todo; evitar un poco la enjambrazón. En la apicultura semi-comercial, las reinas son dejadas por periodos más largos y simplemente se remplazan cuando dejan de tener buena postura.
En una colmena que se remplaza la reina o se enjambra, es común tener celdas reales múltiples, y cuando sale la primera, usualmente la más vigorosa, por un proceso que sirve de selección natural, la reina emergente busca las otras celdas, y masticando con sus poderosas mandíbulas el lado de las celdas de sus hermanas, hace un agujero y mata con su aguijón las demás reinas. Las abejas solo observan y no intervienen en este proceso, y solo sacaran las reinas muertas después de este enfrentamiento cruel. La reina recién emergida y virgen, tendrá unas horas de ajuste hormonal para que inicie a comunicarse con hormonas a través de la conocida como “substancia de reinas”, y con la cual atrae la atención de los zánganos. Las reinas virgenes a menudo, vuelan con un pequeño sequito a su encuentro con el sexo opuesto con quien se aparea. Las reinas recién fecundadas, no tienen el abdomen largo como las reinas viejas, y son difíciles de identificar al principio. Pero, la presencia de celdas pulidas y brillosas en el centro del nido, nos indica que las obreras han percibido a la reina, y preparan las celdas para la postura.
Las reinas viejas y productivas, a menudo se convierten en reinas selectas para la producción de más reinas. Existen diferentes técnicas para mantener esas reinas como pie de cría, y entre las técnicas, es mantenerlas en porta núcleos, donde se saca a menudo los bastidores de pupa cerrada para evitar mucha población y no permitir que la reina tenga mucha postura.