Palabra sofisticada que encierra el complejo mecanismo de transformación. En nuestra abeja, el proceso cambia, transforma, evoluciona un simple huevecillo a un hermoso y sofisticado animal. La transformación o metamorfosis es el cambio irreversible que sostiene la abeja en su biología y vida.
Primera etapa es su transformación de huevo a larva, segunda fase es de larva a pupa y luego de pupa a abeja adulta. De las cuatro etapas de su biología, las tres primeras son las fases de desarrollo que comúnmente llamamos nidada, nido, camada o de una manera más incorrecta, se utiliza el termino postura. Postura por descripción biológica/entomológica o descriptiva, es la capacidad de una reina de depositar un conjunto o grupo de huevecillos pero, no es la palabra descriptiva necesariamente de las tres fases de desarrollo. Si vemos una colmena con bastidores llenos de larva operculada o en buen desarrollo, nuestra tendencia inicial es de decir; “hermosa postura”… sin darnos cuenta que la postura es el patrón del grupo de huevecillos, pero el desarrollo de estos, la alimentación de la larva y la sanidad y nutrición de la pupa operculada, es un mérito compartido del trabajo de toda la colmena, y no únicamente de la reina. La reina fue solo la esclava que comió varias veces su propio peso por día, para poder transformar ese alimento en huevo, haciéndola básicamente la fábrica de huevo de la colmena…

En el desarrollo del nido, tenemos tiempos en las etapas de desarrollo de acuerdo a las castas; para la reina; 16 días, para la obrera; 21 y para el zángano 24.
Estas etapas reflejan en sus celdas una diferencia de acuerdo a las castas que se desarrollan adentro. La celda de la obrera cuando es de reciente construcción, es la estructura hexagonal casi horizontal y con el tiempo, las fibras, cera y propóleo, las convierten en celdas redondas. En el corte transversal se puede observar una construcción piramidal en la base de precisión y con razones de diseño que le dan una garantía a su capacidad e integridad estructural de carga y para cargas. La celda de la reina, es vertical redonda y ligeramente cónica y en la mayoría de las veces; temporal. Solo se construyen para la creación de reinas y en la mayoría de las veces, se desechan después de que nace la reina. No tienen más propósito que eso, mas al contrario en las celdas de zángano y obreras, las celdas son de usos múltiples y múltiples funciones y reciclables de una generación a otra. En la etapa del desarrollo, la celdas son operculadas o tapadas según la el tiempo. En el caso de la obrera, el opérculo es convexo inicialmente y luego se aplana, en el caso de la reina y el zángano, el opérculo es sofisticado en forma de media esfera.
La metamorfosis de las abejas inicia desde las primeras tres etapas de desarrollo identificables en la colmena.
La reina pone los huevecillos al fondo o base de la celda que previamente habiendo sido limpiada y pulida por las obreras; dejan listas para la postura. En las celdas, quedan fibras, excremento, desechos del exoesqueleto y propóleos que las cubren para sanear la celda. El huevo es cilíndrico –parecido a un pepino, blanco, de pulida superficie y de 1.5 mm de largo más o menos. El huevo, en apariencia sedentaria por las primeras horas, iniciara el maravilloso espectáculo de la vida a dividir su núcleo por primera vez en las primeras 24 horas y así, dos arrojan 4, las 4 darán 8, las 8 se multiplicaran o dividirán en sí mismas y repitiendo el proceso, la semilla que fue un huevo, crecerá de manera increíble adquiriendo peso constantemente hasta llegar al estado o etapa de adulto.
Así de maravilloso es nuestro planeta entero, la vida se desarrolla constantemente a nuestro entorno y al tercer día a partir de un huevecillo, el embrión de nuestra abeja se forma y emerge del huevo como larva para poder continuar con su crecimiento pero, ya en forma de larva. En esta etapa, la larva no es más que una máquina de consumo de energía, proteínas, vitaminas, minerales, aminoácidos y la colmena entera, dedica muchos de sus recursos para garantizarlo. Cuando las condiciones son inapropiadas, las abejas comerán la larva y huevecillos, no para deleitarse en un canibalismo solo visto en los funcionarios rapaces y voraces, sino para conservar los recursos que, al comer, almacenan en sus cuerpos para utilizarse en mejores momentos.
La larva emerge cuando tiene 72 a 82 horas de formada, y con un movimiento suave rompe la cascara del huevo de donde saldrá un “caldo” de nutrientes en el cual se alojara. El movimiento que permite salir del cascaron, también continua para alojarla en una posición de curvatura y permite, como en el embrión humano, la posición fetal para una formación propia de la larva. En el estado larvario, las abejas no tienen ojos, antenas, patas, alas ni nada de órganos motores, son básicamente un gusano con boca para ingerir los nutrientes que se les proporcione y que serán el marcador que les seguirá durante su corta vida. Una abeja bien alimentada en su etapa larvaria, tiene mayor resistencia a las enfermedades y es parte de una mejor colmena.
Durante este periodo larvario, las abejas sufren 6 etapas en que el exoesqueleto es remplazado. El exoesqueleto no crece junto con la larva y es necesario que se cambie a otro de mayor tamaño para permitir el crecimiento de esta.
900, 1700 y 2300
Iniciando de huevo, la larva de la abeja obrera crecerá 900 veces su tamaño original.
El zángano aumentara 1700 veces su tamaño y la reina 2300 veces. Esto indica varias cosas importantes y no muy habladas entre nosotros los apicultores. La postura de la reina es solo eso; postura. Pero es de la colmena en general la organización y logística que permita desarrollar entre 1000 y 3000 huevecillos y aumentar su peso entre 1700 y 2300 veces para cumplir con ciclos.
La presencia de zánganos en las colmenas solo indican que la colmena tiene bastantes recursos, mucho alimento, de sobra obreras y pecoreadoras que los atiendan y una salud buena dentro de la colmena.
Durante el estado larvario, la abeja sufre 5 de las 6 “mudas” que es la renovación del tegumento o recubrimiento del cuerpo y es lo que conocemos como el exoesqueleto. La ultima muda o renovación será ya como abeja desarrollada. Las primeras 4 mudas ocurren casi a 24 horas una de la otra, y en la quinta la larva se transforma de larva a pre-pupa. Al final del noveno día, la larva será operculada o “tapada” iniciando un periodo de inactividad puesto que hasta este momento, la larva habiendo tenido un movimiento continuo, se cubrirá de un capullo de ceda para emerger unos días después según su casta. La 5ª muda ocurre el día 11 y arroja una larva de color blanco llamada pre-pupa. El color inicia a aparecer primero, en los ojos al 13avo dia, luego en el abdomen y piernas en los días 15 y 16, las alas en el día 18 y por final las antenas al día. La última muda ocurre el día 20 donde todos los órganos estarán listos y la abeja inicia a despercular su celda para luego emerger en el día 21.
La larva se alimentó y movilizo constantemente hasta llegar a su etapa de larva. El aparato digestivo de la larva, no funciona de manera completa hasta que la abeja emerge y con ello, permite que los desechos de lo digerido sean acumulados dentro de su cuerpo y no contaminar su celda. No es hasta el momento que la larva se rodea de un capullo que ella misma fábrica de ceda, que excrementa entre el capullo y la celda, para así mantener propia sanidad. La etapa de pupa, es la etapa de la más larga trasformación o metamorfosis en la abeja, donde los cambios de temperaturas son determinantes para las funciones que desarrollara la abeja ya en su etapa de adulto. (Tautz et al. 2003) Según Tautz, en sus análisis encontró que cuando la pupa es criada en temperaturas más altas, la tendencia a pecorear y ejercer las danzas identificadoras de campos de néctar, son más frecuentes y más fuertes. Antes de emerger la abeja completamente formada, dejara su exosqueleto e iniciara a formar el siguiente y es por ello que una abeja nueva es débil o frágil, no puede picar o volar.