Sea cual sea tu creencia o color político, si eres apicultor debes de estar involucrado en algún tipo de programa, empresa, negocio o arte de plantar árboles, de protegerlos. Si eres un apicultor real, tienes que dejar en tu caminar, una huella de flores, árboles y plantas que hablaran bien de ti ante el creador.
Cuando lleguemos al cielo, ahí según la persona que muriera y regresara, ahí, nos estará esperando un paraíso lleno de árboles. No quisiera arruinar la visión de aquel hombre y decirle que yo más bien creo que no eran los árboles, sino que son los espíritus de los árboles que se les ha dado un lugar de honor ante el trono celestial, por las grandes bondades y dadivas que con sus cadáveres, aportaron para la humanidad. Fueron sus maderos quien decoró el palacio del Rey Salomón, fueron sus maderas que se usaron para decorar las tumbas de los faraones, fueron de madera las embarcaciones que trasladaron a Vikingos y cristianos a la nueva España, y fue en un madero que se clavó y detuvo abruptamente la vida, derramando la sangre sobre sus fibras, de aquel hombre que camino en la mar.
Sea cual sea tu creencia o color político, si eres apicultor debes de estar involucrado en algún tipo de programa, empresa, negocio o arte de plantar árboles, de protegerlos. Si eres un apicultor real, tienes que dejar en tu caminar, una huella de flores, árboles y plantas que hablaran bien de ti ante el creador.
Cuando lleguemos al cielo, ahí según la persona que muriera y regresara, ahí, nos estará esperando un paraíso lleno de árboles. No quisiera arruinar la visión de aquel hombre y decirle que yo más bien creo que no eran los árboles, sino que son los espíritus de los árboles que se les ha dado un lugar de honor ante el trono celestial, por las grandes bondades y dadivas que con sus cadáveres, aportaron para la humanidad. Fueron sus maderos quien decoró el palacio del Rey Salomón, fueron sus maderas que se usaron para decorar las tumbas de los faraones, fueron de madera las embarcaciones que trasladaron a Vikingos y cristianos a la nueva España, y fue en un madero que se clavó y detuvo abruptamente la vida, derramando la sangre sobre sus fibras, de aquel hombre que camino en la mar.
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