Esa Complicada Reina
La Apis mellifera tiene tres castas o está organizada en tres diferentes estratos sociales (no creen en la 4ª transformación y son elitistas).
Aparte de que esto permita una clara y marcada división de labores dentro de la colmena, la labor principal, la más importante; recae sobre la reina. Ella es quien tiene en su poder, la genética que permite una docilidad o agresividad, ella tiene en sus entrañas la información a nivel molecular sobre la capacidad –o característica de comportamiento, para producir miel, propóleos, mucha o poca población en invierno, resistencia a las enfermedades, necesidad de atacar a otros insectos a mordidas, o ser propensas a la enjambrazón –entre otras muchas más.
Cuando compramos una reina, debemos de entenderlo en términos de biología. Al comprarla, estas comprando resistencia a las enfermedades –o falta de ella, estas metiendo a tu apiario un historial de una productividad aceptable –o falta de ella y muchas otras cosas más. Con tu dinero, le apuestas a cambiar en totalidad la genética de tus apiarios, te aventuras a transformar para bien o para mal tu operación completa; le juegas con todo a una transformación de tu empresa. Comprar una reina significa importar o ingresar las practicas, selecciones, gustos, hábitos y mucho más en tus apiarios y es por ello que, o aprendes a comprar educadamente o te educas para crear tus propias reinas.
Podemos iniciar con determinar que la vida lucrativa de una reina para ti productor, está ligada a la capacidad de la reina de producir feromonas y su postura a tiempo y forma. La genética de una reina y una abeja obrera es absolutamente igual en todos los campos pero, es la alimentación que reciben a partir del segundo o tercer día que marca la diferencia. Yo me pregunto si en lugar de mole, pipián, tlayudas y memelas que tienen el privilegio de comer en diferentes zonas del país, les hubieran dado hamburguesas; ¿serian aficionados del América y no del Cruz Azul? – bueno, eso es otra cosa pero, en la vida de las abejas, la diferencia de comer una cosa u otra, marca la diferencia de casta y función.
La larva tanto de la obrera como de la reina recibe una especie de leche que es secretada de las glándulas mandibulares de las nodrizas que consumen polen, néctar y pan de abeja. Las reinas solo consumen esta leche o jalea real toda su vida, mientras que las obreras viven consumiendo según su etapa de vida, una combinación de leche mandibular, polen, pan de abeja o néctar.
La dieta de la reina, ahí aun cuando se encuentra en estado de larva, cambia o desarrolla su casta y la establece desde el día tercero de su desarrollo. Esa dieta especial, permite un desarrollo rápido y magnifico donde en lugar de 21 días, emerge de su metamorfosis en tan solo 16 días, de gran tamaño y con habilidades especiales que sus demás hermanas nunca tendrán.
Su desarrollo no está completo en el momento de emerger de la celda real, todavía le falta, unos malos pasos – o mal paso en términos humanos; se tendrá que aparear al 5º o 6º día para que estando su espermateca llena y rebosando de esperma, inicie la postura y con ello, una corte real aparece para darle homenaje y complacencia a su majestad; mientras que ella se convierte en una maquina o fábrica de huevo, feromonas y más huevo.
La fecundación de la reina no es nada común. Me recuerda al barrio de mi infancia, donde La Carmela saliendo de su casa bañada y peinada, moviendo las petacas, se encaminaba hacia el área de congregación de los chamacos del barrio. Los chamacos todos, miraban el vaivén de sus caderas desde la distancia aunque estaba más plana que la carretera panamericana – algunos levantaban el pecho, otros sumían la panza, otros se miraban de reojo en el cristal del automóvil abandonado en la acera y los más osados y de características de macho alfa, apretando los puños y elevando su rostro hacia la dirección en la que venía La Carmela, como con un gargajo en la garganta, hacían ruido, pateaban el poste, gruñían y molestaban a los más débiles para responder a la provocación de la chamaca. Lo que sigue en nada se parece a lo que sucede a las reinas…
La reina es perseguida por todo “el barrio” y zánganos del área de congregación, y el más veloz y fuete encontrara a la reina en pleno vuelo y la montara. En el coito y eyaculación, el zángano desmallara y perderá su miembro y partes atadas a su miembro, y la reina, ira a la colmena donde las abejas anunciaran la entrada con feromonas para orientarla. Se le asistirá a la limpieza y saldrá cuantas veces pueda a repetir el acto que puede ser de 7 a 18 veces. Al madurar los ovarios e iniciar la postura, la fisiología cambiara para siempre para la reina. Sus feromonas anunciaran su casta y las abejas responderán a sus necesidades. El que se aparee con muchos zánganos garantiza la integración de diversidad genética en la colmena donde, el resultado será una mejoría de productividad, más resistencia a las enfermedades y una sobrevivencia mayor (Tarpy and Perry 2013; Tarpy and Seeley 2006; Seeley and Tarpy 2007: Palmer and Oldroyd 2003). La mayoría de los beneficios de un apareamiento múltiple se manifiesta a partir de aparearse con 7 zánganos. (Tarpy y Petti 2013). Las mejores reinas son siempre las que se aparean en primavera, por la simple razón de que abundan los zánganos y bien alimentados de nutrientes almacenados en el mismo cuerpo de las abejas y que reservan precisamente para responder a la demanda que inicia después del invierno.
Las reinas pueden contener hasta 7 millones de espermas y se lleva de 2 a 4 años en usarlos por completo, en ese momento, la reina es remplazada (Winston 1991)
Una reina tiene en promedio, una postura de 1,500 huevos al día dependiendo de la disposición de celdas disponibles, niveles de enfermedad o parasitismo, y la abundancia de polen y néctar. La abeja reina casi nunca se alimenta por si sola y es alimentada por la corte real y su postura está directamente proporcional a la cantidad de alimentos ingeridos. (Chauvin 1956, Allen 1960)
Una reina con buena producción de feromonas inhibe la enjambrazón (Melathopoulous et al 1996) induce al pecoreo de polen y la cria, además de prevenir postura de obreras. (Higo et al 1992, Gary 1962, Butlery and Fairrey 1963.)
Una postura uniforma y abundante es siempre una buena señal de una buena reina.
Durante el invierno, la postura es limitada o no existente pero, en la primera señal de entrada de recursos, la postura detona y se incrementa con el fin de remplazar la población invernal y preparación para el pecoreo de primavera.
Las abejas tienen dos enemigos; los animales que se las comen en sus viajes de nupcias y la mala mano del apicultor inexperto.
Una colmena que pierde su reina sufre un cambio dramático y casi instantáneo, las primeras señales se observan con el comportamiento de las abejas al abrir la colmena, la creación de celdas reales de emergencia y el abundante alimento en dichas celdas. (Fell and Morse 1984). Las obreras pueden y mueven larvas a las celdas reales vacías. (Buttler 1957, Punnett and Winston 1983.) La mayoría de las celdas reales se construyen en los primeros dos días de sentirse huérfanas y las abejas intentaran hacer de 20 celdas por colmena, de ellas sobreviran 12 a 15 hasta la etapa adulta y la mortandad de la cria que no es real –cria de obreras, durante este periodo sufrirá una mortandad de 40 a 50% (Winston 1992, Fell and Morse 1984)
Una colmena huérfana es susceptible a las enfermedades y parásitos, y muchas no se recuperan de la perdida. La mejor manera de evitar problemas es introducir una reina fecundada en el momento que se presenta la orfandad y muchas veces, la reina introducida es ignorada en preferencia por las reinas en los capullos reales.
Una colmena que pierde a su reina y no tiene larva para criar una nueva o no tiene éxito para criar una nueva reina, se convertirá en colmena zanganera. Las obreras por lo general iniciaran una postura de los 23 a 30 días después de quedar huérfanas. Las colmenas zanganeras o con postura de obreras, raramente aceptaran una reina fecundada (Sakagami 1954)
La enjambrazón es la forma natural de reproducción de las colmenas, donde la reina vieja emigra y la reina nueva se queda a continuar con la colonia.
En las colmenas siempre se encuentran celdas realeras vacías pero, la existencia de estas se incrementa al llegar la temporada de enjambrazón. La enjambrazón no sucede sino hasta que se tiene aseguradas las nuevas reinas en las celdas realeras. Las obreras destruirán algunas celdas y son típicamente las celdas que son iniciadas con larva vieja. Un porcentaje de 15 a 25 celdas serán creadas antes de la enjambrazón y las colmenas usualmente se enjambran el primer día o segundo día de que las celdas reales son selladas. (Hatch et al 1999)
Las reinas vírgenes emergen una semana después de la enjambrazón y las enjambrazones son principalmente en un solo enjambre llamado enjambre primario, o se dan en múltiples enjambres donde los subsecuentes después del primario serán secundarios. Solo una reina permanecerá y será exitosa en la postura. (Visscher 1993). Una reina virgen anuncia su presencia con “piping” – el sonido de la reina producido cuando la reina presiona su tórax sobre las celdas y vibra sus músculos de las alas. (Simpson and Cherry 1969). Aunque se puede observar tambien que las reinas emitan ese sonido particular cuando están en jaulas o caminando y para esto la explicación y documentación del Simpson y Cherry no tiene argumento (Aurelius Máximus Páez forever – Abad de la Catedral de Cera y Miel y Conserje Supremo y Rector de la Universidad del Alto Conocimiento Apícola Contumaz e Irreverente)
La enjambrazón puede ser muy costosa para el apicultor y se debe de evitar. Una manera de hacerlo es crear una enjambrazón falsa antes del flujo de miel y cuando está a punto de ocurrir de forma natural. Remover las celdas que encuentras no es la solución ni es recomendado.
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