De inicio, no digo que todos los capacitadores son malos o mal intencionados, quiero creer que solo son personas que buscan el pan, al igual que yo, que tu; que todos.
Si se ganan su dinero con su trabajo y con dignidad, bien pero, tenemos que definir varios puntos sobre esto.
Muy a menudo, me encuentro en pláticas donde apicultores expertos, han sido invitados a capacitaciones que se anuncian con bombo y platillo, y al llegar a los eventos, encuentran gente preparada para llevar un tema en una presentación audiovisual y al llegar al campo, el presentador no sabe ni siquiera prender el ahumador y mucho menos, manejar una colmena. Son la mayoría, capacitaciones derivadas de algún presupuesto y con lana en mano, los capacitadores tienen por reglas mismas de la fuente de dónde sacaron la lana, llevar un tema, ponente, lista de asistencia y documentación visual de lo que ellos aportaron a cambio de la lana recibida. NO es un trabajo altruista o derivado de la preocupación por aportar conocimiento con el afán de mejorar las condiciones del campo, son trabajos remunerados, trabajos que arrojan ganancias a los que trafican en este tipo de aportaciones al campo. En el sector apícola, pasa lo mismo y un poco más porque en la mayoría de los casos, son médicos veterinarios zootecnistas, o biólogos, y algún profesionista bien educado en su ramo son arrojados al campo apícola, sin haber cursado más que lo más elemental en lo que concierne a las abejas. Saben mucho de mucho, y poco del mundo apícola. Lo ideal es cuando el conocimiento técnico, se empata con una trayectoria de campo y eso, es difícil de encontrar. De los casos que yo conozco, me recuerdo únicamente algunos de Oaxaca y escasos en otros estados.
En fin, hablando con unos catedráticos, me reclamaban que yo en ocasiones, no doy la información correcta ni educada, yo a cambio, les reclamaba que ellos teniendo la información, la manejan de forma elitista y egoísta. Los reclamos fueron mutuos y muy tupidos pero, con elegancia que la educación de mis amigos catedráticos les permitió.
Podemos decir que ha sido un dueto a golpes, pero con guantes de terciopelo…
Derivado de los reclamos de ambos, del pleito entre los catedráticos y yo, como el representante del gremio de valientes, estamos llegando a una conclusión; tenemos que hacer eficiente la transferencia de verdaderos conocimientos aplicados y aplicables, de los escritorios y pantallas de computadoras, a las cuñas y piqueras en los apiarios. El conocimiento en las universidades existe, pero se ha roto la forma de hacerlo llegar al campo de una forma eficiente, contundente y tajante.
Les platicaba yo de un ponente del que yo tengo memorizada su ponencia, no porque me guste, sino que tengo escuchando mucho de lo mismo, de la misma persona y en los mismos medios y escenarios apícolas. Son unos cuantos catedráticos que se han sabido colocar en los reflectores, y se nos ha olvidado de que existe un gran número de otros científicos, investigadores que se dedican y logran adquirir conocimientos de los cuales, el gremio se pudiera beneficiar. Los señores de asociaciones civiles y agrupaciones que han manejado dineros públicos para los eventos que se supone deben de apoyar al campo, han transformado esos eventos en la forma de socializar el gremio, hacer grandes cuevas de ofertas, ventas, milagros y milagrosos donde se habla de trampas y abundan los tramposos. Los eventos, se han convertido en el cedazo que separa los que tienen, de los que no tienen, los que pueden pagar, y los que no asisten porque no pueden, los que sonríen en los pasillos buscando cuates, tramites, el que sabe cómo bajar recursos, los que ya los bajaron y a ver si le saca la información, y el apicultor humilde, el que viviendo en una sierra, bosque o selva, nunca se entera de lo que ahí se habla o presenta, y donde todos son felices y contentos.
Eventos de relumbrón, de accesos, de mucho brillo, muchas palabras exóticas, trajes y trajeados que poco aportan de nada, y mucho se llevan de los que en realidad les pertenece el presupuesto que ahí se derrocha.
Pero ahora llegamos a una época de austeridad completa, donde se anuncian recortes al campo y los camperos, donde los grandes presupuestos y grandes derroches ya no son posibles; donde las transferencias de poderes de un gobierno a otro, se miden en la cantidad de deuda y endeudados que se dejan los unos a los otros. Y esta época de autoridad que hemos heredado o contribuido a generar, nos arroja un campo que, como debería de haber sido siempre; solo el más eficiente, el más ordenado, el más trabajador, el más astuto y sagas, el más de mucho sudor, podrá sobrevivir y sobresalir y prosperar. Tenemos una clase de pobres pobres que esperan y esperan y nunca llegan las ayudas porque se quedan en el trayecto. Existe un campo que poco saben de nada de congresos, eventos y fanfarrones que ahí se forjan, y que mucho sabe del hambre y solo quieren trabajar.
Veo la necesidad de evaluar a los capacitadores que en una gran mayoría; se encuentran discapacitados para efectuar su trabajo.
Veo la disposición de la elite educativa para transferir conocimientos.
Veo un Aurelio y otros más, que competimos por tener seguidores y llenarnos de adulación pero, no educamos o llevamos o transferimos con responsabilidad el conocimiento educado y apegado a la ciencia.
Los capacitadores fueron arrojados al campo para cumplir con, primero, lo que el presupuesto y propuesta de política gubernamental del momento prometiera, y la necesidad de cumplir con la generación de empleos en las generaciones de educados que arrojan las universidades al ruedo como toreros, y al llegar a la plaza de los toros, no encuentran más que los cuernos porque los toros están en forma de chuleta y arrachera en los platos de los que creyéndose “aguzados”, esgrimen la corrupción como prenda y joya y dejan los estados y las dependencias en bancarrota y deudas que se llevaran generaciones para pagar; ¡mendigos arrastrados!
En gran parte, los capacitadores discapacitados no tienen la culpa de llegar a capacitar apicultores consumados, y no saber más que lo que las presentaciones de “power point” les permiten dar. Los apicultores de escritorio y lo gusanos de bibliotecas no son más que la hechura de un sistema fallido de abundancia de erario y cadencia de neuronas apegadas a la democracia, la esencia de construir patria, y el apego al amor por el concepto de honesta respuesta de responsabilidad ciudadana y para el ciudadano. Hemos gastado décadas echando culpas de nuestros problemas a extranjeros, tendencias y malabares de muros y amurallados al norte y sur de nuestro país. Hemos hecho un deporte de culpar a todos de nuestros males, pero en una sociedad democrática, la responsabilidad de cambio y progreso recae en todos, no solo en los que nos gobiernan. Es fácil e irresponsable culpar a las casas blancas y a los gobernadores que han dejado en bancarrota nuestros estados, pero y ¿nuestra responsabilidad en todo esto?
¿Qué has hecho tú que tienes un poco más que otros por tus hermanos?
¿Qué sacrificios estas dispuesto a hacer en favor del gremio?
No todo se resuelve con dinero y presupuesto, propuestas y programas; las respuestas a las problemáticas somos tú y yo; somos todos. El día que iniciemos sin morboso deseo de adulación a esgrimir liderazgos, el día que de los pulpitos de las iglesias se predique al Nazareno que camina sobre la mar y no al que da lástima ver colgado y derrotado y se nos pide ser como el, y nuestras, el día que los sacerdotes de todos los credos conviertan las iglesias en lugares de refugio para los necesitados y no fuente de sus excesos, el día que un servidor público sirva, y el día que la frase de que “el que no tranza no avanza” deje de existir en nuestro vocabulario y se esgrima como himno nacional, ese día, todo cambiara.
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Regresando a lo primero, al platicar con los catedráticos llegamos a un acuerdo; crear la forma de capacitar de una manera formal, estructurada, reconocida y avalada, a todo aquel que ya ejerce como capacitador, y a todo aquel que intenta llegar a ese camino.
Estamos ya iniciando a forjar las ideas para presentarlo formalmente a las instituciones correspondientes para que así, ya siendo evaluada la propuesta y aprobada, formar el puente que llevara la transferencia de conocimientos de las universidades a los campos.
O somos parte del problema, o somos parte de la solución; hemos decidido ser parte de la solución y consolidar esfuerzos y solidaridad.
Vocación personal para compartir el conocimiento y capacitación adecuada, suficiente y enfocada al mejoramiento social, requisitos indispensable del profesor, educador o capacitador.