
Las civilizaciones han marcado sus etapas evolucionarias y de brincos tecnológicos cuando una función aparece, evoluciona o se desarrolla; la función de la comunicación. La comunicación verbal fue lo que distinguió al hombre de las bestias, la comunicación escrita al hombre civilizado del salvaje o primitivo, el desarrollo de comunicación electrónica encriptado al vencedor del vencido, la creación de los medios de comunicación masivos diferencio entre las civilizaciones actualizadas o las que fueron rebasadas por la tecnología. Nuestras abejas, mucho antes que el hombre inventara los letreros y anuncios, internet y twiter, comunicaban desde entonces, mensajes complejos y diversos para el bienestar y progreso de la colmena.
Las abejas tienen muchas formas de comunicarse, y no creas que son gritos o palos sus sistemas, se comunican con olores, danzas, vibraciones, comportamiento repetitivo, y muchos otros que aún desconocemos por falta de estudios más profundos.
El camino de la comunicación
Bien, eres una abeja adentro de la colmena y está amaneciendo, y similarmente a ti, tienes tus vecinas colmenas que también inician su día con decisiones. En la vecina del lado izquierdo, donde vive Andrés López El Obrador, ahí están muy amontonados desde hace tiempo, no tienen más espacio para crecer porque Aurelio el ciberapicultor no las ha atendido, y ya tienen celdas reales y se van a enjambrar. La enjambrazón no es decisión de la reina, ni de las obreras ni de los zánganos; es una decisión colectiva que, juntos todos, como una sola mente, la colmena y sus miles de abejas actuando como neuronas en un cerebro humano, deciden por iniciar el despegue…
No fue ahorita que deciden, ni fue ayer, la decisión de enjambrarse se llevó a cabo hace semanas y juntas, todas, planearon la enjambrazón. ¿Cómo logran planear y llevar a cabo los planes?, simple; la comunicación.
En tu colmena al amanecer, llega la abeja malvada Javier Duarte a anunciar que se ha encontrado una colmena bastante llena de miel, pero casi sin población que la defienda y llega anunciando donde está, que tipo de miel, la latitud y distancia con puntos geográficos y vectores que están directamente vinculados con el entorno geográfico y posición del sol. Javier Duarte es una abeja especialista en el pillaje y anuncia la forma de tomar lo que no cosecho ya en forma de miel y no de néctar, incitando a toda la colmena a lanzarse contra la colmena débil y robar todo. ¿Y cómo fue que se lanzaron sobre los débiles y los pillaron?; por medio de la comunicación…
Cuando las abejas caminan sobre las diferentes superficies, ya sea la celda, el opérculo, la piquera, las flores y otras superficies donde ellas obtendrán recursos; ahí dejaran su huella. Pero no es una huella como la que dejamos los humanos, una impresión sobre la superficie ya sea por los aceites que generamos en la epidermis o por el peso de nuestros pies y lo que cargan, sobre la arena o tierra, en el caso de nuestra amada abeja, la huella es un mensaje que describe lo que ahí pasa o ha pasado. Las patas de las abejas contienen una serie de células que en su conjunto, hacen una glándula que expulsa aceites de baja volatilidad que indicaran en diferentes momentos y en diferentes instancias; diferentes mensajes. Las secreciones que deja la abeja en su caminar se les llama “La Feromona de la Huella” o “Feromona Huella”, por obvias razones. También existen una serie de células en el torso de la abeja, que al igual que las “feromonas huella”, dejan –cuando así lo desea la abeja, una huella que más bien puede ser considerado como un boletín informativo para las abejas que llegaran al mismo lugar, y así, evitar o aprovechar recursos. Es tan eficiente la vida de una abeja, que valorando los recursos y energía que se gasta en conseguirlos, si un lugar no va a dejar buenos resultados, es inmediatamente “marcado” para evitar que se desgasten otras abejas y al contrario, si es bueno, la feromona huella dejara el mensaje de buena noticia. Se ha encontrado también, que la reina deja al feromona huella, en una cantidad en mucha mayor proporción al de la obrera y zángano. También se ha descubierto que la feromona huella, tanto de las patas como del abdomen, en una reina de 6 meses de edad, es bastamente superior a una reina de 24 meses y de 10 a 15 veces más fuerte que a la de cualquier obrera o zángano.
Se puede especular por qué una reina joven, aparte del vigor y vitalidad con la que trabaja, al caminar deja sus feromonas huella, donde transmitirá información propia para el buen y exitoso desempeño de las colmenas y es posible, que la falta de feromonas huella fuertes, dejen de transmitir el vigor y vitalidad a la colmena y con ello, los dos milagros de la reproducción de la colmena se desaten; la enjambrazón y el remplazo de la reina. Las diferentes tipos de secreciones que se han identificado en nuestras abejas transmiten esencias que arrojan muy diversas formas de comunicación y mensajes o marcadores de orientación. En la abeja obrera, existen las secreciones que marcan la piquera para una mejor orientación e identificación de su hogar, y es por ello que en grandes apiarios, las abejas de una colmena específica, no se pierden y regresan en la mayoría de los casos, a su misma colmena. Permiten también la orientación de la abeja que apenas inicia en su vuelo y junto con las funciones de orientación visual, las funciones de orientación por medio del olfato, le ayudaran a regresar al mismo lugar. Se ha descubierto que las abejas también “marcan” los lugares productivos para eficientar el pecoreo en sus hermanas y se estudia en estos momentos, la teoría que dice que las abejas “marcan” las flores que ya han terminado su siclo de producción de néctar para así evitar que otras abejas gasten energía buscándolo.
Se hiso un experimento en una colmena, donde instalando un “túnel” de vidrio por piquera, se retiraba después de cierta cantidad de “pisadas” que o entradas de obreras. Se descubrió que después de 400 visitas o pisadas, el túnel de vidrio queda impregnado de la feromona huella, y asiste a las pecoreadoras a regresar a su mismo hogar. Al retirar el túnel y remplazarlo con uno idéntico en todos los sentidos, pero perfectamente limpio y libre de pisadas, las abejas obreras se desorientaban al llegar y batallaban para identificarse con su colmena. Existe otro experimento donde, en un lugar remoto se instalaron dos colmenas para evitar visitas de otras abejas de otras poblaciones. Se instalaron dos contenedores con comida y se detectó a través de muchos experimentos, que las abejas prefieren un traste donde sus hermanas ya estuvieron ahí, y que identifican la esencia de su misma colmena sobre el contenedor y prefieren el lugar que ha sido marcado con sus esencias, a explorar otros.
Lección de las abejas para nosotros
Es tiempo de reflexionar sobre qué tipo de huella dejamos en nuestro caminar de nuestra existencia y enmendar los malos caminos y malos pasos que por diferentes circunstancias, hallamos forjado... Recordemos que somos ejemplo para los que vienen atrás y depende de ti.