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El reconocido apicultor C.C. Miller, en 1917, al preguntársele cuando y para que se alimentan las abejas, contestó: “Lo mejor es no dar de alimento nunca y permitirles conseguir y almacenar sus propias reservas. Pero si la temporada es mala, como suele suceder en algunos años en todos los lugares, entonces debes de alimentar. El mejor momento para alimentar, es en el momento que tú te enteras que necesitaran alimento para el invierno, y esto es típicamente en Agosto o Septiembre. Alimentar en Octubre también arroja buenos resultados, pero, aun si no has alimentado en pleno Diciembre, es mejor alimentar en cualquier momento, que dejar tus abejas morir de hambre.”
Estas sabias palabras expresadas ya casi 100 años atrás, en un clima más favorable, sin tantas enfermedades, paracitos, agroquímicos, sin la voraz deforestación que aflige tanto la apicultura moderna; esas palabras emanadas del pasado, aun siguen vigentes en nuestros días –pero con una pisca de irreverencia…
No acostumbro hablar con reconocidos científicos apícolas, ni doctos en la materia, más bien mis platicas las dirijo a la gente simple como yo que me rodea. Aprendo del mecánico que me repara mi auto, el albañil al que le ayudo de vez en cuando, tomo consejo del rastrillo que me enseña a recoger las hojas en el otoño, aprendo el conteo que lleva mi esposa sobre hilos entre sus tejidos, y la paciencia tan similar con la que le habla a sus perros y mi, y de mis abejas aprendo que siempre hay que trabajar, con inteligencia, unidad… propósito. En los últimos dos meses, me ha tocado conversar con 3 científicos apícolas sobre diferentes temas, y todos en algún momento de la plática o cátedra, sin saber el uno del otro, me llevan a sus conclusiones sobre los asuntos que afligen la apicultura moderna, y la conclusión de todos, es la misma.
Mi interpretación de las conclusiones fueron; todos los males que afligen a la apicultura moderna, pueden ser mitigados si tan solo se alimentara bien. Si el tema es sobre reinas; el alimento es crucial. Si hablamos del varroa, el alimentar es más valioso que tratar. SI hablamos de producción apropiada o de sobrevivencia invernal; alimento, alimento, alimento es el tema recurrente y solución para mucho de lo que más aflige al apicultor y sus abejas.
Las palabras de C.C. Miller, parecen roncar con eco sobre mi cabeza en estos días.
La controversia…
Muchos de los grandes ponentes de la apicultura estuvieron en contra de la alimentación de las colmenas.
Brother Adam dijo; “La alimentación para estimular no juega un papel en nuestro esquema de apicultura.”
G.M. Doolittle dijo; “Muchos creen en este momento, que alimentar una taza de agua azucarada de forma constante y metódica, puede adelantar la postura y la cría mucho más rápido que si se les deja de forma natural, pero derivado de mis múltiples experimentos, yo he llegado a la conclusión que esto es una idea errónea.
Richard Taylor; “Probablemente el paso más importante en el manejo de las colmenas para obtener colonias fuertes, es dejar colmenas fuertes y pesadas en el Otoño, para que emerjan en primavera fuertes y numerosas”
Frank Pellett; “la estimulación a través del alimento, para que las abejas incrementen su población; raramente parece necesaria o útil”
Y contrario a lo que algunos de los entendidos y padres de la apicultura digan; yo sí creo en alimentar inteligentemente una colmena.
La dieta natural de la abeja, consiste en polen, néctar o miel, y agua, no hacen falta las bananas fritas, los tacos de morcilla, las empanadas de huitlacoche, o quesadillas norteñas; solo polen, néctar o miel, y agua.
En la primavera temprana, antes que el néctar o el polen se hagan presentes, o para su efecto, en México que tenemos múltiples zonas de floración, en distintas épocas, y el increíble gama de microclimas y zonas productivas que existe, diremos únicamente que cuando el néctar y polen no están disponibles para las abejas; la alimentación suplementaria ayudara a la colonia a sobrevivir, o para incrementar su población con el propósito de producir una mejor cosecha, o para cumplir con los requisitos para polinizar cultivos. Por más sencillo o fuera de lo usual que parezca la dieta de una colmena, su dieta es similar o igual a otros insectos. Requieren carbohidratos, proteínas, grasas, minerales, vitaminas y agua para su crecimiento, desarrollo, mantenimiento y reproducción.
El néctar es el que proveerá los carbohidratos y el polen, proveerá todo lo demás que necesita la colmena para su subsistencia. Las abejas pueden sobrevivir tan solo con consumir carbohidratos –azúcar o miel, y además de agua por supuesto, pero, sin las proteínas, lípidos (grasas), minerales, aminoácidos y vitaminas; las abejas simplemente no podrán desarrollar nuevas abejitas, larva o incrementar sus números para estar listas para la producción de miel, divisiones o polinización –así de simple. Para las abejas, y si se les dejase en un ámbito natural benigno y sin intervención humana, o sin ser animales que de alguna forma son explotados, “mantenidos” o “apacentados” con fines comerciales; adaptarse a las condiciones naturales, sería fácil.
Las abejas adultas en una colonia, obtienen proteína para su dieta, directamente del polen que colectan o almacenan, o para las que (como dijeran los puritanos y santos apicultores) “sufren” “la explotación” de algún apicultor; estas, toman sus proteínas y suplementos de lo que el apicultor provee para su beneficio.
Si eres de los que les salen verrugas en las orejas y te tuerces cuanto escuchas que la apicultura la practicamos algunos, con el simple afán de hacer lana, y que vemos a nuestros insectos tan solo como insectos que “pastoreamos” para sacar provecho de ellos; desconéctate en este momento, que esta y las demás lecciones que vienen, no son recomendables para hombres y mujeres de noble corazón de mantequilla y cajeta de membrillo.
El apicultor debe de entender que las proteínas de algunos pólenes, son deficientes en algunos aminoácidos requeridos por las abejas, y que algunos de estos, son esenciales para las dieta de las abejas y no pueden ser sintetizados por ellas, entonces, cuando alimentes, hazlo con el mejor tipo de suplemento alimenticio que ofrezca el mercado para satisfacer las necesidades nutricionales en su momento, y con objetivos específicos. Aclaración; no soy científico, soy un autodidacta empedernido y amo las abejitas. Mis opiniones son simplemente eso; mis opiniones.
Las proteínas de calidad y con composición y proporción de aminoácidos específicos, son indispensables para el crecimiento óptimo de la larva, la abeja joven, y para las abejas adultas y sobre todo; para el desarrollo de las glándulas hipo faríngeas tan necesarias para la producción de “leche” o jalea para larvas o reinas. Si las abejas nodrizas no reciben la cantidad y calidad de polen requerido, no podrán mantener una reina en postura propia y de calidad, además, no podrán alimentar la larva de obreras o reina, y estas, no lograran el desarrollo apropiado para lograr cumplir con sus funciones durante sus vidas. Las abejas nodrizas, dejan su juventud en la colmena entre los días 10 y 14, y sus actividades de abeja pecoreadora inician y con ello, será la última función que les tocara llevar en su colonia. De ahí en adelante, las abejas sobreviven primordialmente consumiendo carbohidratos durante el día, y durante la noche, y de acuerdo a estudios efectuados, las abejas nodrizas alimentan a las pecoreadoras grandes cantidades de leche o jalea.
Los carbohidratos forman una gran parte de la dieta de la colonia puesto que son consumidos por abejas maduras, nodrizas y larva, estos les dotan de energía necesaria para la actividad muscular, generar calor (necesario para la cría), y funciones de órganos y glándulas tales como las glándulas que generan la cera.
Los lípidos –grasas y esteroles, son utilizados por la larva y abejas nodrizas para sintetizar las reservas grasas y glicógenos, de esto, estaremos tratando con más detalle en las siguientes lecciones.
Las vitaminas juegan un importante rol en el desarrollo de la larva, pero no existen estudios detallados sobre el efecto de cada una de ellas. De lo que sí existe una evidencia científica, es sobre el papel de la riboflavina o vitamina B2a y acidó nicotínico también conocida como la vitamina B3, se sabe que juegan un rol muy importante en el desarrollo de la larva y postura en la primavera temprana. Además, se sabe que la falta de algunas otras vitaminas limita la producción y composición de la jalea y pan de la colmena.
Los minerales son esenciales en todos los vertebrados, indudablemente también son necesarios en las abejas en alguna parte de sus vidas. Afortunadamente la mayoría de los pólenes son ricos en minerales.
El agua, se utiliza para re-hidratar la miel y hacerla consumible. También se utiliza para mantener una humedad y temperatura constante.
El departamento de apicultura de USA- USDA, dice que una colmena fuerte y en producción, consume entre 25 y 37 kilos de polen, y ¡entre 150 y 250 kilos de miel al año!